SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



lunes, 27 de febrero de 2017

Un día como hoy el Gral. M. Belgrano izaba por primera vez la Bandera Argentina. El Saber nos hará libres- Nueva información histórica ilumina aquellos días.

"Siendo preciso enarbolar bandera, y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste, conforme a los colores de la escarapela nacional: espero que sea de la aprobación de Vuestra Excelencia".

El 27 de febrero de 1812 -dos semanas después de su pedido de adopción de la escarapela-, Belgrano se dirigió nuevamente al Primer Triunvirato en estos términos: 

"Siendo preciso enarbolar bandera, y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste, conforme a los colores de la escarapela nacional: espero que sea de la aprobación de Vuestra Excelencia". Observemos que en ningún momento el prócer señala qué formato tenía la bandera por él creada.

Tampoco dice que la enarboló, dónde, cuándo, ni si la hizo jurar. Es llamativo que diga "blanca y celeste, conforme a los colores de la escarapela nacional" (adviértase el orden de los colores). Recordemos que la escarapela, en esa época, era blanca en sus bordes y celeste por dentro. Tampoco dijo que tuviera tres franjas, ni la correspondiente distribución de sus colores. Es claro que si la hubiera creado con tres listones, así lo habría indicado al Triunvirato, a fin de que éste pudiera aprobar y replicar la insignia de su creación en los demás cuerpos patrios.

Ese mismo día, el Gobierno le ordenó a Belgrano hacerse cargo del Ejército del Norte, destino a donde éste partió a principios de marzo, sin tomar conocimiento de que el Triunvirato desaprobaría, luego, la creación de la enseña patria.
Ahora bien: ¿qué hizo Belgrano con la bandera de Rosario? ¿La dejó en la guarnición que custodiaba las barrancas del Paraná? ¿O se la llevó consigo a Jujuy? Las ordenanzas militares y la opinión de varios expertos en historia militar, sobre todo Juan Beverina, nos transmiten que las banderas no son de propiedad de los jefes de una unidad. Las insignias permanecen con esta, pese a los cambios de jefatura que se den en la fuerza.

Con lo cual, es muy poco probable que Belgrano hubiera llevado consigo esta bandera hacia su nuevo destino, en el norte. Es más factible que la haya dejado en Rosario, a fin de identificar a las baterías allí desplegadas, ya que para eso la había instituido, precisamente. El mismo general José de San Martín, cuando regresó del Perú, no volvió con la bandera de los Andes debajo del brazo, sino que ésta quedó con los cuerpos argentinos, hasta su retorno definitivo al suelo patrio.

Por ello, lo más probable es que la primera bandera creada por Belgrano haya permanecido en Rosario, hasta que llegó la comunicación de su supresión. Por consiguiente, no sería de extrañar que el nuevo comandante de la plaza, comandante Gregorio Perdriel, la haya retirado y tal vez destruido. Con lo cual, la bandera luego enarbolada, bendecida y jurada en Jujuy, el 25 de mayo de 1812, debió haber sido, necesariamente, otra distinta, pero pudo haber guardado similitud con la originaria, de Rosario. 

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