Así
lo manifestó durante un encuentro en el Vaticano con miembros del Pontificio
Consejo de la Cultura ,
que concluyó este sábado su asamblea plenaria bajo el título "La
cultura femenina: igualdad y diferencia".
"El
tema que han elegido es importante, y ya en otras ocasiones me he referido a él
y he invitado a profundizar en él. Se trata de estudiar criterios y modalidades
nuevas para que las mujeres se sientan, no invitadas, sino plenamente
participantes en los ámbitos de la vida social y eclesial. Este es un
reto impostergable", dijo Francisco.
El
Papa dirigió su mensaje a "los pastores de la comunidad cristiana, pero
también a los laicos que participan en la cultura, en la educación, en la
economía, en la política, en el mundo laboral, en las familias o en las
instituciones religiosas".
El
obispo de Roma alabó que "desde hace algún tiempo se está dejando atrás,
al menos en las sociedades occidentales, el modelo de subordinación de la mujer
al hombre".
Francisco
aseveró que existe un "nuevo paradigma" que es "el de la reciprocidad
y de equivalencia en la diferencia", es decir, aquel que
defiende la complementariedad del hombre y de la mujer. Sin embargo, Bergoglio
reconoció que queda trabajo por hacer porque existen todavía "muchas
formas de esclavitud, de mercantilización, y de mutilación
de los cuerpos de las mujeres" en el mundo.
En
este sentido, el papa Francisco hizo un llamamiento general en el que pidió
compromiso para "derrotar esta forma de degradación que reduce a las
mujeres a un mero objeto de venta en diversos mercados".
El
argentino concluyó su intervención destacando el papel "insustituible"
de la mujer en la familia y abogó porque se potencie "la presencia
eficaz de las mujeres en los ámbitos de la esfera pública", favoreciendo
al mismo tiempo que puedan "dedicar atención preferencial y del todo especial
en y para la familia".
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