SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 16 de enero de 2020

Presos en Argentina: “La ley es tela de araña, y en mi ignorancia lo explico, no la tema el hombre rico, no la tema el que mande, pues la rompe el bicho grande y sólo enrieda a los chicos.”


Fuente:*Licenciado en Sociología, Doctorando en Ciencias Sociales, Docente de la UBA. Columnista en Rompiendo Moldes, AM 530 Somos Radio.
Con esta estrofa, los redondos, planteaban la cuestión social de la cárcel. Nos decían que si la cuestión seguía así, si las desigualdades continuaban, los que caían presos eran presos políticos. Pues bien en la actualidad, muchos políticos, con un tinte político particular (kirchneristas – peronistas) son presos. No intentaremos mostrar aquí la “inocencia” de los distintos presos, sino que su cárcel no sigue los procedimientos que deben tener cualquier preso en la Argentina. Así, las cárceles además de llenarse de presos sociales, provenientes de sectores sociales desprotegidos, también se llenan de aquellos políticos que intentaron defender esa vulneración de derechos.
“La ley es como un cuchillo, no ofende a quien lo maneja”

¿De dónde viene el sistema judicial? ¿Dónde se reclutan la mayoría de sus participantes? ¿De qué sectores sociales provienen habitualmente los presos del sistema judicial? El Martin Fierro, gran poema nacional y sobre todo, gran manifiesto en defensa de los sectores populares argentinos, en contra de los abusos de poder, lo describe en tan solo un frase, la ley, la interpretación de la ley, nunca toca u ofende a quien la maneja. Eso podría demostrar por qué muchos sectores económicos concentrados, dirigentes del llamado establisment, que en términos sociales eran visualizados como “poco honestos” -para ser sutiles-, nunca tuvieron que dar explicaciones a la justicia por sus acciones. 
Sin embargo, aquellos que supuestamente eran tan poderosos y que nadie los podía tocar (Amado Boudou, Julio Devido, Milagro Salas, Luis D´elia, entre otros) fueron efectivamente presos. No es solo que hay una justicia que se equilibra con el poder político, sino que solo en el caso de los funcionarios del gobierno anterior, se utilizan mecanismos judiciales que no garantizan el derecho a la presunción de inocencia. Como eran del gobierno anterior eran culpables y debían estar presos sin importar si eran o no responsables de los actos por los que eran acusados.
“La ley es tela de araña, y en mi ignorancia lo explico, no la tema el hombre rico, no la tema el que mande, pues la rompe el bicho grande y sólo enrieda a los chicos.”
La interpretación de la ley termina perjudicando a los pobres, y en este caso a integrantes de un gobierno que intentó garantizar, en forma más o menos efectiva, los derechos de los sectores postergados. La telaraña, hermosa metáfora de la ley, atrapa a aquel que intentó cambiar algo en el país. Algunos ejemplos: Amado Boudou fue el que volvió a manos del Estado las AFJP ¿Cuántos “bichos grandes” se perjudicaron por esa decisión? Argentina, gracias a Boudou fue el único país en el mundo que retrocedió en el proceso de privatización de la plata de los jubilados. 
Lo cual permitió que el Estado Argentino pueda mejorar su intervención en la economía, pueda hacer obras para todxs los sectores sociales. El otro ejemplo paradigmático es Milagro Salas y Luis D´elia, representantes de los sectores sumergidos de la Argentina profunda, que organizaron desde la necesidad (con la desprolijidad que la necesidad puede tener) a los postergados, darle márgenes de dignidad. Eso es lo que están pagando. Si se interpretara la ley, sin favoritismos, seguramente las cárceles estarían llenas de otros representantes de otros sectores sociales.
Es la ley como la lluvia, nunca puede ser pareja
Sin citas a Rousseau y a su famoso libro El discurso de las desigualdades, nuestro poema nacional, nos muestra que no es posible “la justicia” en el mundo de la desigualdad. Menos aún en una Argentina como la de hoy, más desigual que hace cuatro años.  Pero como la interpretación no es pareja, no hay presos significativos de los gobiernos de Alfonsín, Menem y De la Rua. O la justicia se “despertó” con el macrismo, o podríamos considerar que muchos funcionarios, quizás los más controvertidos de esos gobiernos, participaron del actual gobierno del PRO. Los presos son políticos, porque son presos por su militancia política y no por los hechos por los que son acusados.
De la chacarera del expediente del Cuchi Leguizamón, sale esta hermosa estrofa. La prisión preventiva, por la dudas, antes de tener sentencia, porque es pobre, o porque tiene el estigma de pobre y solo el pobre roba. El peronismo, el kirchnerismo, los sectores sociales, los sectores sindicales, solo ellos generan “la sospecha” y merecen estar presos, sea cual sea la veracidad de su acusación. 

Si los presos son culpables antes de ser juzgados y esos presos son políticos, no queda otra que son presos políticos. Trataremos de no linkear, para no hacer lo mismo que Cambiemos hizo con el ahora Frente de Todxs, acusar antes de tiempo,  a su gobierno con la última estrofa de la chacarera del expediente con ellos: “Esos que amasan millones, tuvieron la Casa Rosada.”
“Preguntas tienen que contestar ustedes”
La justicia, si es que existe dicha abstracción. En realidad, el sistema judicial tendrá que contestar, como le advirtió la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner,  al Tribunal Oral Federal número 2. Lo que debe explicar es por qué se generalizaron las prisiones sin sentencias firmes, en nuestro país. Por qué el sistema judicial acompañó a una parte de la población fogueada por los medios que afirmaba que el gobierno anterior  se había robado un PBI y que ello ya estaba probado, por lo cual no hacían falta juicios para definir una sentencia.
 Primero explicar por qué hay políticos presos que por incorreción en los procederes se transformaron en presos políticos, y luego, en una explicación que se hunde en la historia del pueblo argentino, porque las cárceles están pobladas de pobres.

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