SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



domingo, 16 de agosto de 2020

Río subterráneo en las Cuevas de Malargüe.

 

Un tercer lago subterráneo fue descubierto recientemente por espeleólogos argentinos en el interior de la Caverna San Agustín, ubicada en la ciudad de Malargüe, a unos 500 kilómetros al sur de la capital mendocina, confirmándose así que el valle sureño de Poti Malal contiene un sistema cavernario en yeso de gran importancia hidrogeológica.


Un tercer lago subterráneo fue descubierto recientemente por espeleólogos argentinos en el interior de la Caverna San Agustín, ubicada en la ciudad de Malargüe, a unos 500 kilómetros al sur de la capital mendocina, confirmándose así que el valle sureño de Poti Malal contiene un sistema cavernario en yeso de gran importancia hidrogeológica.

Se trata de una tercera sala cerrada e inundada a la que sólo se puede llegar buceando, y que resultó ser el extremo de un conducto de grandes dimensiones que fue bautizado con el nombre de Mendoza.
Así lo informó Carlos Benedetto, secretario del Instituto Nacional de Espeleología Argentina, quien explicó que para llegar al lugar "se debió realizar un enorme esfuerzo para el acarreo de varias unidades generadoras de electricidad y poder así iluminar sus gigantescas salas interiores".


Una vez dentro de la cavidad, los equipos fílmico, espeleológico y de buceo visitaron los otros dos lagos hipogeos (subterráneos) Croacia y Argentina, corroborándose que los mismos habían bajado su nivel de agua al menos un metro respecto de la visita realizada junto a espeleólogos británicos hace meses atrás.
Ya en diciembre pasado, los buzos de la asociación mendocina Mendozasub habían explorado parcialmente unos túneles subacuáticos del lago Argentina (el más grande de ellos, con una profundidad de 18 metros y un diámetro de 40), debiendo suspender la exploración por la insuficiencia de equipos

n esta oportunidad se tomaron más precauciones y se aprovechó el descenso del nivel de las aguas para continuar las exploraciones interrumpidas en diciembre", dijo contento Benedetto, quien explicó que luego de recorrer algo más de 70 metros por una galería subacuática desde el lago Argentina, los buzos llegaron a una tercer sala cerrada inundada a la que sólo puede llegarse buceando, y que resultó ser un nuevo espejo hipogeo de dimensiones apenas inferiores al lago Croacia.


"Sería el primer caso de lago subterráneo en Argentina que los espeleólogos nunca podremos conocer, a menos que tengamos preparación en las técnicas del buceo en cavernas", indicó el especialista.
El lago Mendoza, como lo dieron en llamar, se presenta en una cámara de una altura de diez metros entre el espejo de agua y el techo, donde los buzos experimentaron la existencia de un aire enrarecido por la falta de oxígeno, por lo cual se presume que su única comunicación con el resto de la caverna San Agustín sea el túnel subacuático.

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