SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



miércoles, 14 de julio de 2021

El INTA se une al Banco de Alimentos de Balcarce.

 

En el marco del Plan Argentina contra el Hambre, el INTA firmó un convenio con el Banco de Alimentos de Balcarce -que trabaja en red con los Bancos de Mar del Plata y Tandil- para rescatar frutas y hortalizas que se desechan por defectos de tamaño o forma con la finalidad de que sean aprovechadas por personas en condición de vulnerabilidad económica y social en un Centro Hortícola Solidario.

 


Con el fin de articular estrategias que aporten a la producción y el abastecimiento de alimentos mediante programas y proyectos, desde marzo del 2020, el INTA participa del Plan Argentina contra el Hambre para promover y fortalecer el Acceso a la Canasta Básica de Alimentos. En ese marco, el INTA unió fuerzas con el Banco de Alimentos de Balcarce para promover la articulación entre ambas instituciones con el fin de incrementar los volúmenes de rescate de frutas y hortalizas.

"La intención es poder identificar y cuantificar aquella parte de la producción frutihortícola que no ingresa en la cadena de comercialización por no cumplir con las normas de tipificación (tamaño pequeño o defectos de forma y aspecto), pero que se encuentra apta para el consumo humano", explicó Alejandra Yommi, responsable del proyecto por el INTA.



Si bien el rescate era una actividad que ya realizaban en el cinturón frutihortícola de Mar del Plata los Bancos de Alimentos que conforman el Consorcio de Bancos de Alimentos Mar y Sierras -compuesto por los Bancos de Balcarce, Mar del Plata y Tandil-, "se conseguía poca mercadería y el costo logístico era muy alto", sostuvo Javier Fornieles, presidente del Banco de Alimentos de Balcarce.

Estos Bancos alquilan el predio de la Sociedad Rural de Mar del Plata, donde se encuentra el Centro de Rescate de Frutas y Hortalizas. A partir de un contacto más estrecho con los donantes y la labor del INTA, que conectó a más productores con el Centro de Rescate, se superó ampliamente el volumen de alimentos rescatados.

"Se espera que el volumen y también la calidad de las hortalizas y frutas rescatadas aumenten considerablemente a partir del trabajo mancomunado entre los Bancos, el INTA y la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Mar del Plata y en la medida que se consolide este trabajo interinstitucional", precisó Yommi.

En ese sentido, la incorporación del INTA permite la participación de especialistas para estudiar las distintas cadenas de producción, estimar volúmenes de hortalizas y frutas que se descartan, los momentos del año y puntos de la cadena productiva más conveniente para el rescate. Por otro lado, posibilita la capacitación de los productores en Buenas Prácticas Agrícolas aplicadas a la frutihorticultura.

Respecto del rol del INTA, Yommi subrayó que se busca "propiciar la participación y conformación de redes que apunten a alcanzar la seguridad alimentaria en los sectores más vulnerables de la sociedad, con participación del programa ProHuerta".

Para cumplir con los objetivos planteados se creó un Comité Coordinador, con representantes de cada una de las partes, que deberá preparar el programa anual de actividades y hacer el seguimiento de cada una de ellas, mientras se establece el grado de avance del Proyecto.

el INTA unió fuerzas con el Banco de Alimentos de Balcarce para promover la articulación entre ambas instituciones con el fin de incrementar los volúmenes de rescate de frutas y hortalizas.

El trabajo interinstitucional: una oportunidad de crecimiento

El predio de la Sociedad Rural cuenta con dos galpones y dispone de un espacio físico para la instalación de oficinas y un lugar de reuniones, que podrá utilizar el INTA, en el marco del Convenio con el Banco de Alimentos de Balcarce. Pero, además, cuenta con una superficie de al menos cinco hectáreas en las cuales se podrían hacer parcelas demostrativas e investigaciones en frutihorticultura con un abordaje agroecológico.

En ese sentido, Yommi consideró que, "potencialmente, por la ubicación del predio, podría ser un buen ámbito para hacer capacitaciones dirigidas a promover el desarrollo local y propiciar el desarrollo de la agroecología y las producciones sostenibles".

Además, la especialista aseguró que "se podrían hacer charlas, talleres, recorridas, exposiciones y jornadas técnicas dirigidas a productores hortícolas rurales y urbanos, trabajadores rurales, emprendedores y estudiantes de diversos niveles educativos".

Con la participación institucional del INTA en conjunto con los Bancos de Alimentos en el predio de la Sociedad Rural, el objetivo se vincula con "la atención de demandas de productores" y con el hecho de "poder realizar ensayos in situ, huerta orgánica comunitaria, capacitación de productores y de personal y toda aquella actividad que se considere necesaria para una producción amigable con el ambiente", precisó Yommi.

Asimismo, mencionó que se está avanzando en la instalación de un laboratorio de servicios en el predio para la recepción de muestras para el diagnóstico de plagas y enfermedades, identificación de malezas, análisis de agua y suelo.

El mayor excedente de la papa ocurre de diciembre a abril y es de 15 mil toneladas, y el aprovechamiento se podría hacer en el sector de lavado y acondicionado.

Datos inéditos sobre la merma de cosecha en el cinturón marplatense

Alejandra Yommi y Sebastián Borracci, del grupo Ad Hoc Frutihortícola de la Plataforma de Innovación Territorial Mar y Sierras del INTA, presentaron los primeros resultados del estudio de algunas de las principales cadenas de frutas y hortalizas del cinturón productivo marplatense, que contó también con la colaboración de la Facultad de Ciencias Agrarias de Mar del Plata.

"Respecto de la cadena de maíz dulce, cinco de los ocho productores que concentran el 75% de la producción coinciden en que a veces quedan sin cosechar un 10% de los lotes. Esto sucede porque las condiciones climáticas provocan que varios lotes que fueron sembrados escalonadamente no se encuentren con la madurez óptima para la cosecha, porque hay momentos de sobreoferta que hace que no sea conveniente su cosecha o porque algunos productores, que realizan cosecha manual y en malas condiciones climáticas, no pueden acceder a la totalidad de los lotes para cosechar", explicó Yommi.

Además, entre un 20 y un 50 por ciento de las plantas de maíz producen una segunda espiga. "Estas espigas, más las principales con algún defecto, no son comercializadas por los productores que realizan cosecha mecanizada y se estima que podrían representar un volumen de 1.000 toneladas, es decir, 7 millones de choclos factibles de rescate", precisó la especialista.

 

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