SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



martes, 19 de abril de 2022

INTA: Garrapatas bovinas: nuevos estudios dan pautas para mejorar las estrategias de su eliminación.

 

Investigaciones realizadas por el INTA y por MSD Salud Animal junto a la Universidad Nacional del Noreste arrojaron interesantes datos sobre cómo combatir a estos parásitos. Según datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), hay unas 16 millones de cabezas en Argentina que sufren por la presencia del parásito Rhipicephalus (Boophilus) microplus.


 


Es el nombre científico de la garrapata común del bovino, uno de los problemas para la sanidad animal con mayor impacto en la producción ganadera en áreas tropicales y subtropicales del mundo, incluida la Argentina, donde está presente principalmente en el norte del país.

Sucede que su acción hematófaga implica pérdidas debido a efectos deletéreos como la reducción en la ganancia de peso en bovinos en desarrollo y disminución en la producción de leche, daños en los cueros, mortalidad, morbilidad y transmisión de hemopárasitos causantes de enfermedades dentro del complejo de la Tristeza Bovina, como la babesiosis y anaplasmosis bovina. También las altas infestaciones con esta garrapata favorecen el desarrollo de miasis.

En este contexto, diversos estudios científicos realizados en los últimos meses han permitido contar con mejores armas para combatirlas.



Según un informe difundido por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), lo usual para el control de estas garrapatas es el uso de acaricidas químicos sintéticos, pero esta estrategia conlleva un riesgo: su aplicación intensiva puede originar problemas como el aumento de la resistencia a los medicamentos y la acumulación de residuos químicos en la carne o la leche.

Por ello, investigadores de ese organismo comenzar a analizar la utilización de métodos de control estratégico, que se basan en la aplicación de no más de tres o cuatro tratamientos durante la temporada en que la población de garrapatas es menos numerosa y más vulnerable.

En concreto, un equipo coordinado por Santiago Nava, investigador del Instituto de Investigación de la Cadena Láctea (IDICAL, INTA-CONICET), en la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Rafaela, desarrolló un estudio para analizar los efectos a largo plazo de las aplicaciones estratégicas de acaricidas químicos en la infestación de R. microplus en bovinos en latitudes subtropicales.

La investigación fue publicada en la revista internacional Parasitology Research  (https://link.springer.com/article/10.1007/s00436-021-07324-3), y determinó que el control estratégico permite mantener un bajo nivel de infestación durante la mayor parte del año en los potreros utilizados por los bovinos tratados, siempre y cuando la población de garrapatas sea susceptible a las drogas aplicadas.

Sin embargo, también estableció que estos métodos no son aplicables cuando el objetivo es la erradicación de este parásito.

Pautas

“Estos esquemas se basan en la aplicación de tres o cuatro tratamientos anuales entre fines del invierno y fines de la primavera. Aunque el primer tratamiento puede diferirse desde finales del invierno a principios de la primavera y el tercer o cuarto tratamiento de finales de primavera al verano”, detalló Nava.

Según el científico, todos los compuestos acaricidas disponibles comercialmente “pueden ser empleados para el control estratégico de R. microplus siempre y cuando la población de garrapatas sea susceptible a las drogas escogidas”. Y aclaró que debe evitarse aplicar “tratamientos sucesivos con drogas

que tengan un mismo modo o sitio de acción”, a fin de evitar una presión de selección que pueda conducir al desarrollo de resistencia.

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La investigación tuvo lugar en tres puntos: dos ensayos en El Colorado (Formosa) y uno en Colonia Tabay (Corrientes), dos zonas caracterizadas como ecológicamente favorables para R. microplus.

Los resultados de estos ensayos realizados entre 2017 y 2020 demuestran que la eficacia del control estratégico aplicado en tres años consecutivos fue significativa.

La infestación por garrapatas en el grupo tratado siempre se mantuvo en niveles bajos, porque el número medio de garrapatas por bovino casi nunca fue superior a 20. Con respecto al ensayo en el que la tercera aplicación de acaricida fue diferida de primavera a verano, y la primera de finales de invierno a primavera, la eficacia del control estratégico también fue significativa”, especificó Nava.

 

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