Una semana después de la carta que más de 5.000 mujeres laicas le escribieron al Papa Francisco, similar número de hombres católicos le han escrito al Santo Padre para pedirle respuestas a las preguntas generadas por la reciente acusación del Arzobispo Carlo Maria Viganò, ex nuncio en Estados Unidos, y para solicitarle que purgue la corrupción en la Iglesia.
La carta, publicada el 5 de septiembre en el sitio web “Catholic Men United for Christ” (Hombres Católicos Unidos por Cristo), asegura ser fruto de “la iniciativa personal de los hombres católicos que la firmaron” y “no está patrocinada por ningún grupo u organización”.
“Santo Padre, venimos a usted en busca de respuestas. Usted personalmente se ha enfrentado a algunas acusaciones formuladas por el Arzobispo Viganò, alto funcionario de la Iglesia. Además, varios obispos en los Estados Unidos han declarado públicamente que creen que estas acusaciones deben estar investigadas. Le imploramos que las afronte y específicamente, le solicitamos que responda las preguntas planteadas por nuestras hermanas en la carta emitida el 30 de Agosto de 2018”, indica el texto.
“Sin embargo, independientemente de la veracidad de las alegaciones del Arzobispo Viganò, nuestra preocupación sobre la corrupción permanece firme”, prosigue.
“En medio de los abusos generalizados, encubrimientos y fallas jerárquicas, ¿qué están haciendo ustedes y qué harán ustedes para proteger al pueblo de Dios? Les insistimos que respondan a esta pregunta sencilla, ya que el costo de la corrupción episcopal es catastrófico”, agrega la carta.
El texto también solicita que la investigación a la jerarquía de la Iglesia sea llevada a cabo por “hombres y mujeres fieles”.
Mark DeYoung, uno de los firmantes, dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que apoyan la carta publicada la semana pasada por mujeres laicas.
El graduado en teología indicó además que los padres de familia que conoce han expresado su preocupación sobre si enviar o no a sus hijos al seminario o incluso han tomado la decisión de “no permitir a sus hijos que participen de la liturgia como acólitos” para evitar un posible caso de abuso.
Esto, explicó, podría generar “la potencial muerte de las vocaciones y la no existencia de jóvenes en la Iglesia”. También comenzó que fue “totalmente descorazonador” leer algunos de los testimonios de las víctimas de abusos en Pensilvania, que comparten haber perdido la fe a causa de esto.
DeYoung dijo además que la carta está firmada por muchos hombres católicos que están “molestos, dolidos y genuinamente sorprendidos por el estado de la Iglesia en este momento” en cuanto a los abusos de menores, así como por los “miembros del clero que están desobedeciendo sus votos y viviendo contra el llamado a la castidad y la pureza”.
A pesar de todo, el teólogo dijo que los firmantes de la carta “somos hombres que amamos a la Iglesia, a nuestros obispos, apoyamos al Santo Padre y queremos ver que la verdad salga a la luz”.
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