SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 13 de abril de 2019

Lectura de fin de semana: SOLUCIÓN a la CAÍDA del CABELLO-

Con el paso de los años, el pelo que puebla nuestras cabezas va perdiendo ‘unidades’. En mayor o menor medida y, sobre todo, en los varones. Un efecto asociado al envejecimiento que, además de meramente estético, puede provocar una notable ansiedad y frustración en los afectados. Y es que más allá de los recientes trasplantes capilares, los distintos remedios ideados a lo largo de la Historia no ya solo para restituir el pelo perdido, sino para prevenir su caída, no son completamente ‘eficaces’. 

También en el caso de los fármacos publicitados y comercializados como ‘crecepelos’. Sin embargo, es posible que la alopecia androgénica –tanto masculina como femenina– tenga, por fin, los días contados. Y es que investigadores del Centro de Investigación Dermatológica de la Universidad de Manchester (Reino Unido) podrían haber dado con un fármaco que, si bien inicialmente diseñado para tratar la osteoporosis, sea capaz de estimular el crecimiento de los folículos pilosos humanos.

Como explica Nathan Hawkshaw, director de esta investigación publicada en la revista PLOS Biology, “el hecho de que este nuevo agente descrito en nuestro trabajo, que nunca había sido considerado en el contexto de la pérdida capilar, promueva el crecimiento del pelo humano es muy interesante por su potencial traslacional. Y es que podría en un futuro marcar una diferencia real para las personas que sufren la pérdida de su cabello. Lógicamente, primero habrá que llevar a cabo un ensayo clínico para ver si este fármaco u otros compuestos similares son efectivos y seguros en los pacientes con alopecia”.
Efecto no tan ‘adverso’
El objetivo del nuevo estudio fue encontrar un mecanismo capaz de promover el crecimiento del cabello humano para, en último término, desarrollar un fármaco eficaz y seguro para el tratamiento de la alopecia androgénica. Y para ello, los autores se fijaron en el mecanismo molecular de la ciclosporina A, inmunosupresor utilizado comúnmente desde los años 80 para el tratamiento del rechazo en los trasplantes y de distintas enfermedades autoinmunes. Pero, ¿por qué precisamente este fármaco? Pues porque entre sus efectos secundarios, algunos graves, hay uno que no resulta tan ‘adverso’: promueve el crecimiento ‘indeseado’ del pelo.
Los autores analizaron la expresión genética de los folículos pilosos del cuero cabelludo humano tras ser tratados con ciclosporina A. Y lo que vieron es que, entre otras consecuencias, el fármaco reducía la expresión de la proteína SFRP1, bien conocida por inhibir el desarrollo y crecimiento de numerosos tejidos –entre otros, de los folículos pilosos.
Como indican los autores, “nuestro trabajo identifica un mecanismo de acción completamente novedoso de este inmunosupresor y explica por qué este fármaco induce el crecimiento no deseado de pelo en los pacientes. Y es que lo que hace es eliminar un freno molecular muy potente del crecimiento del pelo humano”.
Pero aún hay más. La inhibición de SFRP1 no tiene ninguna relación con la actividad inmunosupresora de la ciclosporina A, por lo que los autores consideraron que esta proteína podría constituir una nueva diana terapéutica para la prevención de la pérdida capilar. Así, de lo que se trataba era de encontrar un fármaco que, como la ciclosporina A –cuyo empleo como ‘crecepelo’ es, simple y llanamente, inviable dados sus ‘otros’ efectos secundarios–, también actuaran como un antagonista de SFRP1. Así que se pusieron a buscarlo hasta que, finalmente, lo encontraron. ¿Su nombre? ‘WAY-316606’.
Crecimiento capilar
El fármaco WAY-316606, si bien originalmente diseñado para el tratamiento de la osteoporosis, también induce la supresión de la expresión de SFRP1. Así que lo que hicieron los autores fue administrarlo sobre los folículos pilosos de cuero cabelludo donado por pacientes que se iban a someter a un trasplante capilar. ¿Y qué pasó? Pues que tal y como ocurría con la ciclosporina A, estimuló de forma muy significativa el crecimiento de estos folículos. De hecho, el crecimiento fue incluso más notable con el fármaco WAY-316606. Y todo ello sin los efectos secundarios del inmunosupresor.
Como concluye Nathan Hawkshaw, “gracias a nuestra colaboración con un cirujano de trasplante capilar hemos sido capaces de llevar a cabo nuestros experimentos con folículos pilosos del cuero cabelludo donado generosamente por cerca de 40 pacientes y evaluar los resultados en cultivos orgánicos. Un aspecto que hace que nuestro trabajo resulte clínicamente relevante, pues la mayoría de estudios realizados a tal efecto solo han empleado cultivos celulares”.

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