¡Se necesitaba
un estudio para ver lo que todo el mundo veía?
La cocaína NO hace distinción de clases ni sexos: Todo el mundo conoce los
efectos perniciosos de la cocaína. Su consumo habitual causa una intensa
depresión, tensión nerviosa y una necesidad cada vez más acuciante de consumirla.
Los que la toman suelen desarrollar diversos
problemas mentales, como la paranoia o
la ansiedad extrema, y suelen ser hostiles, irritables y agresivos.
A nivel cerebral, esta sustancia arrasa con el llamado circuito de recompensa,
una estructura cerebral encargada de la motivación y de la sensación de placer,
por lo que los adictos dejan de interesarse por otra cosa que no sea tomar más
y más droga.
Pero ahora conocemos un efecto
indeseado más. Gracias a un estudio
llevado a cabo en Estados Unidos, se ha descubierto que la cocaína desencadena
un proceso en el cerebro llamado autofagia, por el que las
células de este órgano ‘se devoran’ y se destruyen mutuamente.
Investigadores
de la Facultad
de Medicina de la
Universidad Johns Hopkins han demostrado que en el cerebro de las personas que consumen
habitualmente esta sustancia ocurre un curioso fenómeno: las células confunden
partes funcionales e importantes de sí mismas con restos orgánicos que deben
desecharse, por lo que literalmente se devoran a sí mismas.
Prasun Guha,
responsable de la investigación que ha sido publicada en la revista Proceedings
of the National Academy of Sciences, asegura que “las células funcionan como
si fueran casas que generan basura. Esos desechos son eliminados por la
autofagia: la propia célula los elimina. Pero con el consumo de cocaína las
células confunden partes esenciales para su funcionamiento como la mitocondria
con basura, y las elimina erróneamente”.
Este
hallazgo se descubrió en autopsias realizadas a ratones a los que se les había
suministrado una gran cantidad de cocaína en vida. Además, los científicos también hallaron signos de autofagia en las crías
de ratas a las que se les había suministrado la droga cuando se encontraban
preñadas.
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