SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



lunes, 13 de febrero de 2017

“Del amor al odio sólo hay un paso.” Esta frase es muy habitual cuando se habla de resentimientos y enemistad entre pareja; pero, ¿cuánta verdad hay en ella y cómo una relación amorosa llega a ese estado?


De acuerdo con una investigación realizada por el profesor John Romaya, del laboratorio de neurología de la fundación Wellcome, los circuitos neuronales del cerebro que se activan cuando se experimenta el amor son los mismos cuando se siente odio. Lo que indica la estrecha relación que existe entre estos sentimientos.

Sin embargo, ¿qué puede originar que esa persona que idolatras se convierta en una imagen de odio?
  

1. Abandono. Con el paso de los años las parejas  se abandonan a la rutina diaria y al cansancio. Con lo que pierden la habilidad para conversar y de tener comunicación, así como el disfrutar de su compañía mutua.

2. Ya no te importa. Se pierde el interés por el otro al punto que se empieza a considerar que es una carga, comienzas a pensar ¿me es infiel? todo esto genera un sentimiento de frustración y odio.



3. Idealización. Ven al compañero como un  ser extraordinario carente de defectos y lo sitúan en un plano superior. Sin embargo,  con el paso del tiempo, la rutina comienza a socavar, observas  la realidad y la idea tan idílica que te habías  formado sobre esa persona desaparece completamente. Comienzan a medir fuerzas, el odio aflora y ya nada podrá ser reparado. Las terapias de parejas podrán mejorara la relación, pero nada mas.

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