SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



domingo, 12 de febrero de 2017

Cantar nos alegra y nos mantiene sanos, vemos brevemente la relación que hay entre cantar y la salud. Sábados y domingos solo noticias que hacen que nuestra vida tenga significado.


¿Recuerda cuándo fue la última vez que estuvo cantando? ¿Sabe que cantar es una buena terapia? Hay estudios que lo avalan, pero no nos hacen falta. Sólo hay que recordar momentos en los que hayamos cantado y sentiremos el bienestar que nos inundaba en ese momento.

Un estudio sueco dejó patente que 10 minutos cantando al día mantienen una mente saludable. Podríamos decir que es un bálsamo para el alma. Sólo o acompañado; mal o bien,  produce un incomparable bienestar a todo el cuerpo. Se ven comprometidas muchas partes de nuestro organismo sin que sintamos estar haciendo un esfuerzo. Cantando, la diversión está asegurada.

¿Por qué es bueno cantar?: El canto es una de las formas más antiguas que el hombre tiene de expresarse. Somos seres de comunicación y esa capacidad nos empuja a buscar cómo llegar a los demás. Escribir, hablar, gesticular, cantar, etc. Todas nuestras herramientas de comunicación deben ser fomentadas, porque es lo natural y lo óptimo. Nos mantiene alejados de las enfermedades de la soledad y la tristeza.


No está muy estudiado el hecho de que el cante sea
terapéutico, pero hay algunos médicos que lo recomiendan. Sobre todos, los psicoterapeutas. Argumentan que los beneficios de una respiración abdominal profunda que provoca el cantar, tiene un enorme efecto sobre el cuerpo. Para  hacerlo se debe mantener la respiración y dosificarla. Esto produce masajes en el intestino y alivia al músculo cardíaco y favorece la circulación venosa. Al mismo tiempo mejora la memoria y la capacidad de concentración.



Cantar proporciona tranquilidad porque refuerza la actividad de los nervios parasimpáticos. Esto compensa la constante alerta que producen los nervios del sistema simpático. Se traduce a una tregua del estrés sostenido que produce la vida moderna.

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