El 21 de septiembre el Papa Francisco aceptó la renuncia de otros dos obispos en Chile: Mons. Cristián Contreras Molina, de la Diócesis de San Felipe; y Mons. Carlos Pellegrín Barrera de la Diócesis de Chillán.
Mientras se espera la designación de los sucesores, el Santo Padre designó como administradores apostólicos al P. Sergio Pérez de Arce Arriagada en la Diócesis de Chillán; y al P. Jaime Ortiz de Lazcano Piquer en la Diócesis de San Felipe.
Los cambios se suman a los otros cinco ya realizados el pasado 11 y 28 de junio. Los 34 obispos chilenos pusieron sus cargos a disposición en mayo, al término de la reunión que tuvieron con Francisco en Roma para tratar los casos de abusos sexuales en el país.
En ese encuentro se analizó el informe de 2.300 páginas sobre casos de abusos sexuales, de conciencia y poder en Chile, elaborado por el Arzobispo de Malta, Mons. Charles Scicluna, y por Mons. Jordi Bertomeu, tras su visita al país en febrero de este año.
En su preocupación por erradicar la “cultura del abuso y del encubrimiento” el Papa Francisco ha recibido a varias víctimas y enviado cartas al “pueblo de Dios que peregrina en Chile”, para alentar una “renovación y conversión eclesial que sea sana y a largo plazo”.
Mientras avanza esa “transformación eclesial” que pide el Santo Padre, en Chile se siguen destapando nuevos casos de abusos sexuales hacia menores, de poder, de conciencia y supuestas redes de encubrimiento en las distintas diócesis.
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