SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 25 de marzo de 2021

HISTORIA ARGENTINA: Durante 1974 se fundó la Triple A capitaneada por Lopez Rega. (Se registraron unos 2000 muertos y desaparecidos)

 

El 11 de noviembre de 1974, hace 47 años, el entonces ministro de Bienestar Social de Juan Perón, José López Rega, fundó la Liga Anticomunista Argentina, conocida como «Triple A», una organización terrorista cuyos métodos e ideología fueron continuados y perfeccionados por la dictadura militar que siguió a partir del 24 de marzo de 1976.



Ernesto Bisceglia, en una nota periodística, señala que suele haber discusiones y valoraciones diferentes sobre personajes políticos, pero no sobre López Rega, que tiene valoración unánime: era el «brujo», como le llamaron por su afición al esoterismo. Era un practicante del Umbanda y además tenía alardes de astrólogo.

Lopecito, secretario privado de Perón en Madrid, era un personaje solitario, que ante Perón se humilló más de lo que se puede pensar, con el solo fin de estar cerca del líder.




«Lopecito» era mayordomo de Perón, pero era un servil que le lustraba hasta los zapatos, como suele ser la costumbre de los asistentes de los generales.

Pero en el caso de López Rega había una doble intención: meterse en la vida de Perón y su mujer Isabelita más allá de lo que quizás ellos mismos podían haberse dado cuenta.

Aprovechó la declinación senil de Perón y las ambiciones de su mujer, totalmente incompetente en materia política. Hiló una trama de intereses, tráfico de influencias e hizo que visitaran al líder peronista quienes él quería únicamente.




Cuando Perón regresó definitivamente a la Argentina fue recibido despiadadamente por la interna entre la derecha y la izquierda peronista en Ezeiza con abundantes balazos, muertos y heridos en una demostración de lo que le aguardaba. En el avión venía Lopecito, el «caballo de Troya» que había entrado solo, por propia astucia, en la Ilión del general, Perón traía su propio Caballo de Troya.


Tras la renuncia previsible de Héctor Cámpora, que fue elegido presidente porque los militares habían prohibido la candidatura de Perón, en 1973 López Rega junto con el comisario Alberto Villar, organizó la Triple A, financiada con fondos desviados desde el Ministerio de Bienestar Social a cargo del «brujo». A Villar no le perdonaron la idea y fue volado en su yate mediante un obus lanzado desde otra embarcación cuando navegaba con su esposa en el Tigre.




Cuando murió Perón el 1 de julio de 1973, López Rega tuvo una influencia total sobre la presidente Isabel, con la que lo unía la misma devoción a principios esotéricos mal comprendidos y peor aplicados.

La Triple A se inició el 21 de noviembre de 1973, cuando la organización le puso una bomba en el automóvil a Hipólito Solari Irigoyen, entonces senador por el radicalismo, quien resultó gravemente herido. Era una devolución de gentilezas por el asesinato de José Ignacio Rucci, perpetrado por Montoneros un mes antes.

Otro de los nombres muertos por la Triple A fue Carlos Mugica, cura jesuita vinculado al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. El 11 de mayo de 1974, cuando se aprestaba a subir a su Renault 4, fue emboscado.




La lista de muertes y atentados incluye a Silvio Frondizi, hermano del ex Presidente Arturo, a Julio Troxler, ex subjefe de la Policía, Alfredo Curutchet, Atilio López, ex gobernador de Córdoba..., y «siguen las firmas». Según la Conadep, la saga de crímenes de esta organización fue «in crescendo» desde los 19 homicidios en 1973, 50 en 1974, hasta 359 en 1975; aunque la sospecha se extiende a varios otros centenares.

El que no moría, debía exiliarse, como fue el caso de Manuel Sadosky, Héctor Alterio y hasta el propio José Ber Gelbard que había sido ministro de Economía de ese gobierno. En total, unos 2000 crímenes.

Al margen de sus actividades esotéricas, López Rega había sido reclutado por la Logia Masónica italiana P2, dirigida por Licio Gelli, quien aparece en fotos junto a Perón mucho tiempo antes.

La caída en desgracia de Lopecito comenzó tras las violentas reacciones contra el «Rodrigazo», plan económico promovido por Celestino Rodrigo, un protegido suyo, lo cual lo obligó a renunciar. Cuando los Granaderos desmantelaron el 19 de julio de 1975 lo que había sido su reducto en el Ministerio de Bienestar Social, encontraron un arsenal que incluía ametralladoras, granadas y fusiles de francotirador.

Otro escándalo salpicó al gobierno. López Rega dejó el país con el título de embajador en España.
Terminó refugiado en Suiza donde viviría oculto hasta 1982 cuando un fotógrafo lo descubrió y huyó a las Bahamas donde vivió hasta 1986, viviendo alternadamente en Miami. Cuando intentó renovar su pasaporte fue detenido y extraditado a la Argentina.

Juzgado por asociación ilícita, secuestros y homicidios, el proceso no llegó a la sentencia por el fallecimiento de López Rega el 9 de junio de 1989.

López Rega es sinónimo de patoterismo, brujería barata, asesinato, robo, cohecho, donde no hubo casi nadie que quedara fuera de ese menú macabro donde confluyeron políticos, militares, servicios secretos y hasta la propia policía.

Fue el emblema de un país descompuesto, donde farsantes, obsecuentes y criminales se hicieron del poder. Lamentablemente, cuando cayó ese régimen, las cosas no cambiaron para nada. (I:AIM)


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