Todas las religiones con origen en el hinduismo afirman que la reencarnación existe en un ciclo sin fin. En la mitología de la religión brahmánica, al momento de la muerte del cuerpo, el alma o parte esencial, abandona el cuerpo y es arrastrada por los “iamadutas”, los mensajeros sirvientes del dios Iama ―el encargado de juzgar el karma de todas las almas del universo―.

Los creyentes del Janismo, dicen que las almas van recogiendo los frutos de sus buenas o malas acciones a través de sucesivas vidas. Cuando un jainista acumula suficiente buen karma, la pureza de su alma puede hacer que se reencarne en un “deva” o entidad semidivina.