El Complejo Ambiental Villa Domínico, donde hasta
hace 12 años funcionaba el basural más polémico del conurbano, será
transformado en un parque sustentable abierto a la comunidad. Para lograrlo, la Sociedad Central
de Arquitectos y la
Coordinación Ecológica Área Metropolitana (Ceamse) llamaron a
un concurso de ideas.
"Buscamos un proyecto para convertirlo en un
parque público a futuro y de manera gradual", explicó la ingeniera Rosalba
Sarafian, gerente de Saneamiento y Mantenimiento de Centros de Disposición
Final Terminados de la
Ceamse. Y sumó: "Es la primera vez que se hace en el
país un concurso para convertir un relleno sanitario en un parque para
todos".
Por su parte, Eduardo Bekinschtein, presidente de la SAC, indicó que "es un
concurso a nivel nacional que busca propuestas innovadoras". Confirmó que
hace 100 años que la sociedad organiza distintas compulsas, pero ésta es la
primera vez que lo hace para un parque en lo que fue un basural.
Las ideas pueden ir desde parque de deportes
extremos, sitio turístico o polo educativo hasta actividades que tengan que ver
con la concientización ambiental. En cambio, no podrá albergar un desarrollo
inmobiliario ni construcciones amplias de hormigón, porque podrían generar
movimientos del suelo.
El proyecto debe conservar la biodiversidad y dejar
los caminos existentes. Entre las limitaciones, también figura que no se pueda
entrar con autos, que los vehículos queden en un punto y se recorra a pie.
"No se pueden hacer grandes obras de arquitectura porque es un relleno.
Sólo pequeños edificios, probablemente destinados a gastronomía, sanitarios,
aulas", indicó Bekinschtein.
El complejo de Villa Domínico fue creado en 1979. Es
un predio de 500
hectáreas repartidas entre Avellaneda y Quilmes contiguo
a las costas del Río de la Plata
y a la autopista Buenos Aires-La Plata, pero son 350 las abarcadas por el
concurso. Las otras 150 no están incluidas porque se encuentran separadas por
un terreno que no pertenece a la
Ceamse, la empresa que integran los gobiernos bonaerense y
porteño para la gestión integral de los residuos sólidos urbanos del área
metropolitana.
Durante 26 años, alojó 47.000.000 de toneladas de
desechos en montañas de 24
metros de altura provenientes de la Capital y de ocho
municipios de la zona sur del conurbano. Desde 2004 no recibe más basura, pero
el plan de monitoreo ambiental, del agua, del suelo y del aire continúa porque
es obligatorio hasta los 30 años después del cierre.
Hay antecedentes de basurales convertidos en espacios
verdes en todo el mundo, pero principalmente en los Estados Unidos. Los
residuos de Nueva York solían llegar a un relleno que ahora está convertido en
el parque Fresh Kills, de 890
hectáreas. En ese país también se hicieron canchas de
golf en lo que antes eran rellenos sanitarios.
Hoy, el complejo de Villa Domínico ofrece visitas
guiadas a colegios y ONG. En el predio hay un vivero, un laboratorio de
cultivos in vitro de especies nativas en riesgo de extinción, una zona de
reserva con pasarelas de 600
metros con explicación de flora y fauna del lugar, y un
mirador. "La gente quiere andar en bicicleta, pero no la dejamos porque no
está abierto al público", indicó Sarafian. La demanda ciudadana fue una de
las razones por las que surgió el proyecto. Se trataría de una inversión
importante, pero en la Ceamse
aún no saben quién pondrá el dinero ni si llegarán fondos privados o públicos.
El concurso es coorganizado por el Colegio de
Arquitectos de la Provincia
de Buenos Aires y auspiciado por la Federación Argentina
de Entidades de Arquitectos (Fadea). La convocatoria, para "generar el
plan maestro general del bioparque metropolitano y los anteproyectos de su
equipamiento", finalizará el 16 de octubre. El primer premio son $
300.000; el segundo, $ 200.000, y el tercero, $ 100.000. Una vez elegido el
ganador, se definirán las formas de financiación y los tiempos de desarrollo.
El objetivo es iniciar y terminar una primera etapa durante todo 2018.
En las bases del concurso se insiste en que, por su
ubicación, este parque puede ayudar a superar "desequilibrios sociales,
físicos y psicológicos entre el norte y el sur en la ciudad y el
conurbano". En Quilmes y Avellaneda viven 950.000 personas y son escasos
los espacios verdes en las cercanías del ex basural.
Desde su creación, la Ceamse tiene previsto
devolver a la comunidad las tierras utilizadas para relleno sanitario como
espacios verdes o de recreación. Por lo tanto, si el proyecto cumpliera con
esas características no haría falta consultar con los municipios para poder
avanzar.
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