Recargar los vehículos eléctricos en cuestión de minutos puede estar hoy un paso más cerca. El avance se debe a una investigación pionera en tecnología de supercargadores emprendida por las universidades de Surrey y de Bristol que puede poner en jaque el dominio de las baterías de litio.
Es lo que aseguran los promotores de este trabajo que, gracias al uso de nuevos materiales poliméricos, han superado el mayor problema del salto a la industria de los supercargadores: su baja densidad por kilo.
Tanto es así que, de confirmarse en la práctica los resultados obtenidos en laboratorio, los supercapacitadores con densidades de energía de hasta 180 whr/kg no serían un imposible.
Alcanzada esa meta, no solo se superarían los resultados de las baterías de ion de litio, sino que la tecnología podría tener el campo abierto para su uso en estaciones de carga de coches eléctricos y, también, para su aplicación en los dispositivos portátiles del futuro.
“Podríamos estar ante el inicio de un nuevo capítulo de la tecnología de bajo coste para el almacenamiento energético, que puede perfilar el futuro de la industria y de la sociedad en los próximos años”, asegura sobre los resultados de este trabajo Brendan Howlin, de la Universidad de Surrey.
Esta investigación, de llevarse a la práctica, “promete hacer posible la carga rápida de coches eléctricos, además de ofrecer métodos asequibles y necesarios para almacenar la energía captada de fuentes renovables”, añade Donald Highgate, exalumno de la citada universidad y director de investigación de Superdielectrics.
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