SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



martes, 31 de mayo de 2022

HISTORIA ARGENTINA: Qué fue el Cordobazo y cuáles fueron sus consecuencias. 29 de mayo, se recuerda ese día de 1969.

 Fue uno de los mayores avances de la lucha de la clase obrera y el pueblo en los años 60 y 70. Se reaccionó contra la opresión política, económica y social.

No fue un alzamiento popular espontáneo, fue organizado por los sindicatos cordobeses, que contaron con el apoyo de los universitarios, de una variedad de partidos políticos y del pueblo.



Se rompió la tradición del “paro matero”, fue una huelga con abandono de tareas y movilización, con planteamientos económicos, políticos y gremiales. Se fue a trabajar y desde las grandes plantas industriales, las columnas obreras, compactas, llenas de bronca, arrastraron a los obreros de las pequeñas fábricas.

Las barricadas se levantaron por toda la ciudad, el pueblo fue tomando uno a uno cada barrio, se enfrentó a las fuerzas policiales, que se replegaron a sus cuarteles, dejando la ciudad en manos de los trabajadores y estudiantes. Se ejerció el derecho a la autodefensa. Porque en esas jornadas, la clase obrera, respondió con sus métodos de acción directa. Se recurrió a la movilización, los piquetes, las barricadas, y se conformaron grupos especiales de defensa.

Desde 1966 hasta el Cordobazo, todo intento de resistencia a la dictadura, tenía que descontar la violencia de la dictadura, a partir de ese 29 de mayo, se supo cómo hacer retroceder a las fuerzas que salieron a reprimir a los trabajadores. Fueron jornadas de Solidaridad de clase, que se vio desde la convocatoria hasta la organización, pasando a los momentos de compartir las barricadas, las asambleas espontáneas, etc.



Se demostró una vez más la importancia decisiva del protagonismo de los obreros industriales. La prolongada movilización de otros asalariados, la persistencia y audacia de la lucha de los universitarios, no había logrado lo que consiguieron los trabajadores cordobeses en dos días. El movimiento obrero industrial se hizo cargo de ese liderazgo social y arrastró al pueblo todo a la lucha antidictatorial. Se retomó la vieja tradición, que cuando fueron agredidos los trabajadores en todo el mundo han respondido tomando en sus propias manos, y organizando su defensa.



La pregunta que se extendió de una fábrica a otra fue ¿la clase obrera en sus luchas debe ofrecer las dos mejillas o debe defenderse de los brutales ataques de distinto tipo a los que nos hemos referido? Se llevó a la práctica lo que se consideró un derecho que les permitió luchar. La autodefensa se planteó como disuasiva, defensiva, y sometida a los trabajadores. Una de las enseñanzas fue que la autodefensa de los trabajadores no es, ni debe ser independiente de la voluntad y decisión de los trabajadores, sino que debe ser debatida y aprobada por los propios trabajadores. No deben ser en ningún momento grupos independientes de la clase ni operar por fuera de un sistema democrático de control como son las asambleas. La autodefensa la deciden, la organizan y la llevan adelante los trabajadores.



Además, las Asambleas obreras populares que se realizaron reuniendo en su seno a los obreros y a gran parte de la población pobre de los barrios tomados y rodeados de barricadas, y en algunos lugares con la población ejerciendo el poder de policía, por ejemplo, el de permitir la salida de los bomberos tomados para sofocar incendios, controlar la entrada y salida de los barrios, también constituyeron una forma embrionaria de los órganos de poder, con democracia directa abarcando ya a toda una ciudad, pero su insipiencia y en gran medida la ausencia de una verdadera organización, no permitió la unificación de las asambleas barriales entre sí, a través de delegados electos, en un consejo único de la ciudad.

¿Qué consecuencias tuvo?



Constituyó un punto decisivo en la evolución de la lucha de clases, porque puso de manifiesto el estado que había alcanzado la radicalización de la conciencia política de importantes sectores del proletariado, de la pequeña burguesía y el profundo rechazo antidictatorial existente, acumulado en varios años de deterioro económico-social y de opresión política.

El país no volvió a ser el mismo, se incorporaron a la lucha cientos de jóvenes obreros y estudiantes. Estallaron todas las instituciones. Se abrió un profundo debate, que se expresó abiertamente en toda la sociedad. El tema central de la polémica, era como debía seguir la lucha contra la dictadura y para qué.

Las posturas fueron desde la recuperación de la democracia hasta que tipo de “revolución” o de transformaciones que eran necesarias para la Argentina. En el movimiento obrero adoptó una forma más encubierta, más en grupos que en asambleas masivas. Entre los universitarios nadie discutía que era necesario una revolución: lo que se polemizaba era qué tipo de revolución y la forma de concretarla.

Algunas agrupaciones políticas, estrechamente relacionadas con el radicalismo popular (UCRP), o el Partido Comunista (PC) y sectores del nacionalismo popular (Mura, MNR, MOR, AUN, FEN, etc.), se expresaban por la lucha contra la dictadura, por su derrocamiento, por la resistencia a la misma y forma de reemplazarla. Los sectores de la izquierda con raíz marxista, con mayores o menores variantes mantuvieron, en el proceso político posterior al Cordobazo, la consigna “ni golpe, ni elección, revolución”, línea política que preconizaba el derrocamiento de la dictadura o la lucha contra ella, en el camino de reemplazarla por un gobierno o un poder que realizara la revolución de liberación social y nacional en “marcha hacia el socialismo”.

Las expresiones del peronismo en el movimiento estudiantil mantuvieron también lo esencial de su línea de unir a los estudiantes con el llamado “peronismo revolucionario”, expresión real del movimiento obrero, según ellos, en el camino de la liberación nacional y social. Pero, el debate abierto produjo profundas fisuras en la izquierda tradicional o institucional, y determinó la aparición de grupos políticos, entre los cuales se contaban entre otros el Socialismo Revolucionario (SR), Tendencia Comunista (TC), Espartaco, Orientación Socialista, El Obrero, Lucha Socialista, Poder Obrero, Movimiento de Izquierda Revolucionaria, etc.

Todos ellos pasaron a impugnar en forma frontal la estrategia de una Revolución que presuponía la “tarea” de la Liberación Nacional. Ese cuestionamiento abarcó lógicamente la caracterización del Estado, del país como semicolonial, las alianzas de clase, el tipo de poder. Se pronunciaron contra la dictadura, los golpes y las salidas electorales. De la consiga, “ni golpe, ni elección, revolución”, se pasó a la proclamada “ni golpe, ni elección, revolución proletaria”, dando de esa manera una salida real fuera del sistema.

Un sector importante de la izquierda, pasó a definirse por la acción directa. Esto se vio favorecido, no solo por las condiciones nacionales, sino además por un proceso dado en América Latina y el mundo. Producto de la propia experiencia vivida en la Argentina (golpes, elecciones, proscripciones, etc.) y de la percepción de fenómenos como la crisis del parlamentarismo a nivel mundial, de tristes experiencias como la del Partido Comunista Francés con su traición en Mayo del 68 (producto de sus tesis de acceso al poder por vía pacífica y por mayoría parlamentaria), producto de todo eso por un lado y su contrapartida por el otro, por ejemplo el triunfo de la revolución cubana por la acción de las armas y el desarrollo de la lucha vietnamita, resultado de éstas y de múltiples experiencias más, el conjunto de organizaciones políticas a que nos estamos refiriendo llegaron a varias conclusiones de las que destacamos dos, muy relacionadas con su actitud frente a la lucha democrática:

*.-Que la vía de acceso al poder sólo puede ser armada. Había tesis que iban desde la guerra popular hasta “el acto insurreccional” pasando por la guerra prolongada.

*.-La segunda conclusión, es que el parlamento es un engaño a las masas, que no puede constituir una vía de acceso al poder y que por lo tanto no sirve para nada en cuanto a la lucha revolucionaria se refiere.

Por otra parte, algunos grupos que pasaron a proclamar la revolución socialista, definieron a la vez que la única forma de acceso al poder era por la acción revolucionaria del proletariado, como una conclusión irrefutable, sobre todo en un país capitalista y más aún en la Argentina, dejando aclarado que “no cabría pensar siquiera en la posibilidad de otra forma de definir el problema del poder que no sea por la acción de las armas”, y que en base a eso justamente, coincidían también en que el parlamento no puede ser nunca una vía de acceso al poder.

O sea, la situación social y política del país cambiaría radicalmente y la lucha de clases iría in crescendo, con la clase obrera ocupando el centro de la escena, enfrentando a la dictadura, al capital y marcando el camino a distintos sectores populares y al estudiantado universitario.

 

 

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