SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



martes, 24 de mayo de 2022

TODO CAMPO: Los beneficios de rotaciones “intensas y diversas”: productores de todo el país cuentan su experiencia.

 

Cuando el clima o la economía no acompañan, el desafío de una “agricultura siempre verde” se puede complicar. En la Agenda Aapresid, se escucharon casos de planteos a medida de cada realidad zonal.

 


Del 10 al 12 de agosto, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) organiza su 30° congreso anual, que este año se realiza bajo el lema “A suelo abierto”, y con la premisa de seguir alimentando su apuesta por una “Agricultura Siempre Verde”.

Como una suerte de previa de algunos de los temas que se debatirán en ese encuentro, en el marco del ciclo Agenda Aapresid, en la última semana uno de los ejes temáticos fueron los beneficios de la diversidad e intensidad de las rotaciones de cultivos.

En ese sentido, participaron productores referentes de distintas regiones agrícolas de Argentina, quienes contaron cómo adaptan planteos diversificados a la medida de cada realidad productiva. Jorge Mazzieri, productor Aapresid de Justiniano Posse, explicó que el agua es el factor más limitante para definir el grado de intensificación en esta parte de la zona núcleo.



Cuantificar la disponibilidad hídrica en el primer metro de suelo es el primer paso para diseñar la secuencia más adecuada y su manejo. En el caso de cultivos de servicios (CS), la disponibilidad de agua determinará cuál es el mejor momento para cortar el ciclo y cuidar el balance hídrico”, puntualizó.

En tanto, cuando la oferta hídrica permite apostar a trigo, “las variables a ajustar son calidad de siembra y eficiencia del uso del nitrógeno”, sumó Lucas Grajales, productor Aapresid de Rosario. Para lo último, usa rolo triturador de rastrojo e incorpora la urea previa siembra del cereal.

En línea con los costos de producción actuales del trigo, los productores coincidieron en que no hay sustentabilidad sin rentabilidad. Sin embargo, aseguraron que el mayor problema para diversificar no son los costos de los insumos sino “el valor y el ‘cortoplacismo’ de los alquileres”.

Asimismo, mencionaron que la variable “agua” es aún más determinante cuando uno se aleja de la zona núcleo. Más hacia el sur cordobés, con suelos arenosos y menores lluvias, David “Bachi” Roggero, productor de Laboulaye y Presidente de Aapresid, dijo que aplica un manejo de “relojería suiza” para incluir con buenos resultados CS de centeno. “Hacemos siembra aérea de centeno sobre maíz, con secado alrededor de antesis”, sintetizó.

Como en el resto del país, en la zona reina la producción en campo alquilado. En lotes 100% agrícolas, la planificación de las rotaciones está condicionada por la rentabilidad, incidencia de principales enfermedades, malezas difíciles y necesidades de fertilización, explicaron Gabriel Sandin y José Luzuriaga, productores Aapresid de Mar del Plata.

Si bien trigo y cebada pisan fuerte, la zona es privilegiada ambientalmente para abrir el abanico. Una secuencia típica es trigo o cebada/soja de 2º- maíz- girasol, que pueden ir seguidos de verdeos o pasturas de alfalfa con festuca en campos de loma, o de agropiro, festuca, lotus o tréboles en lotes más marginales.

Pero Sandin y Luzuruiaga invitaron a planteos más intensos con colza/soja de 2º, trigo/soja de 2º, cebada/soja de 2º, lo que suma seis cultivos en tres años. Con el tiempo se han ido sumando los CS, a los que se suele dar un uso mixto.

Para conciliar el cuidado del suelo con la producción de carne, Luzuriaga recomendó “pastorear el 50% de la disponibilidad inmediata del CS con baja carga y sólo durante momentos donde no haya exceso hídrico”.

Los productores aseguran que, para seguir rotando en años difíciles, la clave está en la tecnificación: “Hoy hay herramientas para ganar eficiencia, desde la agricultura por ambientes hasta las aplicaciones selectivas.

 

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