Un 24 de marzo de 1976,
el golpe de Estado encabezado por Jorge Rafael Videla, Eduardo Emilio Massera y
Orlando Agosti tomó el poder por la fuerza en el marco de lo que
autoproclamaron como “Proceso de Reorganización Nacional”, dando inicio a la
etapa más oscura y sangrienta de la historia argentina. Este hecho marcó un
antes y un después en la vida política, económica y cultural de nuestro país. Se
buscó destruir toda forma de organización popular. Para ello, se puso en marcha
un aparato de represión sistemático y sangriento sobre todas las formas de
expresión democráticas: políticas, sociales y sindicales.
Instauraron
diariamente el terror por medio del autoritarismo, silenciando voces, con el
argumento de que había que instaurar el “orden”. Estudiantes, militantes,
sindicalistas, docentes, intelectuales y trabajadores fueron perseguidos,
detenidos, torturados y desaparecidos. El resultado fue un país en ruinas en lo
material, lo social y lo espiritual, como así la desaparición de 30 mil
personas.
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