Miles
de investigadores y de personalidades del mundo científico, entre ellos el
astrofísico Stephen Hawking y el cofundador de Apple Steve Wozniak, lanzaron
este martes un llamamiento para pedir la prohibición de las armas ofensivas
autónomas, los llamados "robots asesinos". "Las armas autónomas
seleccionan y atacan objetivos sin intervención humana", recuerda la carta,
publicada en coincidencia con la apertura de la Conferencia Internacional
Conjunta de Inteligencia Artificial (IJCAI) en Buenos Aires.
Toby Walsh,
profesor de Inteligencia Artificial de la Universidad New
South Wales de Australia y uno de los firmantes, sostuvo que "todas las
tecnologías pueden ser usadas para el bien o para el mal", según un
comunicado divulgado en la capital argentina. "La tecnología de la Inteligencia Artificial
(IA) ha alcanzado un punto en que el despliegue de estas armas será una
posibilidad técnica (si no legal) en años, no décadas, y hay mucho en
juego", añaden los firmantes, entre ellos investigadores y profesores de
Harvard, Berkeley, Cambridge, París o Berlín.
Pese a advertir
sobre el peligro de su uso, Walsh fue enfático en la defensa del desarrollo de la IA argumentando que puede ser
usada para enfrentar muchos de los problemas más acuciantes de la sociedad
actual como la inequidad y la pobreza, el creciente costo del cuidado de la
salud y el impacto del calentamiento global. También figuran entre los
firmantes el empresario de altas tecnologías Elon Musk, presidente de Tesla
(coches eléctricos), SolarCity y SpaceX (tecnología espacial); así como el
nobel de Física Frank Wilczek o el cofundador de Skype, Jaan Tallinn.
A diferencia de
los drones, que necesitan una intervención humana, los "robots
asesinos" pueden tomar decisiones de manera autónoma y preocupan tanto a la ONU como a la comunidad
científica y humanitaria, que ya han mantenido dos reuniones de expertos sobre
la cuestión en Ginebra. Los más críticos con estas armas apuntan a que no
distinguen entre civiles y combatientes y podrían programar ataques con efectos
desproporcionados para la población civil.
Desde el punto de
vista militar, estas armas tienen la ventaja de reducir las pérdidas humanas en
el campo de batalla, pero los científicos recuerdan que eso abarataría el coste
de ir a la guerra y podría provocar una nueva carrera armamentista.
"A diferencia
de las armas nucleares, no requieren materias primas costosas o difíciles de
obtener (...) Sólo será cuestión de tiempo hasta que aparezcan en el mercado
negro y en las manos de los terroristas, dictadores (..) y señores de la guerra
que deseen perpetrar limpiezas étnicas, etc." dice el texto. La
inteligencia artificial "tiene un gran potencial para beneficiar a la
humanidad", pero "el inicio de una carrera armamentista de IA militar
es una mala idea", según los firmantes.
¡NO HABRÁ PAZ Mientras los científicos permitan que
los amos de la guerra utilicen sus robots para matar en vez de curar y
proteger.
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