Bernardino Rivadavia nació en Buenos Aires el 20 de mayo de 1780. Se educó en el
Real Colegio de San Carlos y estudió leyes sin llegar a graduarse. Desde
muy joven se dedicó a las actividades mercantiles. Comenzó su carrera
pública como teniente del cuerpo de Gallegos, combatiendo durante las
invasiones inglesas en 1806 y 1807.
En el levantamiento de 1809 estuvo del lado del virrey
Santiago de Linniers y en 1810 figuró entre los que prepararon el
movimiento emancipador. Tras el triunfo de la revolución en 1810,
mantuvo una posición distante tanto de los moderados como de los
jacobinos en el marco de la primera Junta de Gobierno.
En 1811 fue nombrado por el Triunvirato ministro
secretario de Guerra y más tarde de Gobierno y Hacienda. Desarrolló una
importante labor, consolidando el proceso emancipador y organizando las
nuevas instituciones. Con la caída del Triunvirato, en octubre de 1812,
debió retirarse del gobierno.
Alejado de los
negocios públicos por un tiempo, en 1814 se le confió, junto a Manuel
Belgrano, una gestión diplomática en Europa, destinada a obtener el
reconocimiento del gobierno de la Provincias Unidas. Concluida su
misión, permaneció en Europa durante cinco años más y regresó al país en
1821.
Inmediatamente se le confió el Ministerio de Gobierno y
Relaciones Exteriores en la administración de Martín Rodríguez. Desde
este cargo estableció el sistema representativo, el Archivo general y la
institución del crédito público, creó el registro oficial y el
estadístico, fundó bibliotecas, el departamento de ingenieros y erigió
la Universidad. Impulsó numerosos proyectos de inviolabilidad de la
propiedad, libertad de imprenta y seguridad individual.
Mausoleo de Bernardino Rivadavia en CABA |
En 1824 fue nuevamente nombrado ministro por el general
Gregorio Las Heras, sucesor de Rodríguez, pero rehusó el cargo para
trasladarse a Inglaterra. Regresó en 1826 para ser elegido por el
Congreso primer presidente de la República Argentina. Al frente del
Poder Ejecutivo se dedicó a fomentar la educación y las artes, organizó
las finanzas públicas, y sentó los principios de un sistema agrario y
colonizador a través de la controvertida Ley de Enfiteusis.
Figura
principal del Partido Unitario, no consiguió apoyo suficiente en el
interior del país por su política cerradamente centralista, y por la
errónea gestión en la firma de la paz con Brasil; nación a la que se
había derrotado militarmente en una dura guerra. Presentó su renuncia en
1827, retirándose de la vida política para dedicarse a sus negocios
privados. Tras permanecer un tiempo en Europa, regresó al país en 1834,
pero sus rivales políticos le obligaron a abandonar el territorio. Pasó
algunos años en Uruguay y después en Brasil, pero finalmente se instaló
en el puerto español de Cádiz donde murió. Sus restos fueron repatriados
en 1857.
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