Una de las tecnologías que se ha
popularizado de manera más general en los últimos años son las bombillas de
LED. Este tipo de bombillas se pueden encontrar en muchos de los objetos
eléctricos que nos rodean actualmente, desde lámparas a objetos decorativos o
dispositivos electrónicos. Sin embargo, ¿por qué usar lámparas
LED es bueno para el planeta?
Qué es una lámpara LED
La palabra LED es un acrónimo formado por las iniciales inglesas de Light Emitting Diode(diodo emisor
de luz). De este modo, se trata de un tipo de bombilla que sirve para emitir
luz a partir del uso de la tecnología de
diodos, que se caracteriza porque funcionan a bajas
temperaturas. Esto se consigue incorporando una serie de circuitos a la propia
bombilla, que son los encargados de regular el paso de la electricidad y, en
consecuencia, se consigue que estas bombillas funcionen.
Las bombillas LED se pueden usar en
cualquier aparato o instalación eléctrica, ya que se pueden
adaptar tanto a los casquillos tradicionales como a los modernos. De hecho, hoy
en día se pueden encontrar bombillas LED de casi cualquier tipo, lo que hace
que se trate de una tecnología asequible y fácil de incorporar a nuestra vida
cotidiana.
Por qué usar bombillas LED
Una de las tecnologías que se ha
popularizado de manera más general en los últimos años son las bombillas de
LED. Este tipo de bombillas se pueden encontrar en muchos de los objetos
eléctricos que nos rodean actualmente, desde lámparas a objetos decorativos o
dispositivos electrónicos. Sin embargo, ¿sabes por qué usar bombillas LED es bueno para el planeta? Si quieres
descubrir un poco más sobre cómo funciona este tipo de bombillas y qué las hace
mejores que las bombillas tradicionales, e incluso que las de bajo consumo,
sigue leyendo Ecología Verde y te lo contamos.
Qué es una bombilla LED
La palabra LED es un acrónimo formado por las iniciales inglesas de Light Emitting Diode(diodo emisor
de luz). De este modo, se trata de un tipo de bombilla que sirve para emitir
luz a partir del uso de la tecnología de
diodos, que se caracteriza porque funcionan a bajas
temperaturas. Esto se consigue incorporando una serie de circuitos a la propia
bombilla, que son los encargados de regular el paso de la electricidad y, en
consecuencia, se consigue que estas bombillas funcionen.
Las bombillas LED se pueden usar en
cualquier aparato o instalación eléctrica, ya que se pueden
adaptar tanto a los casquillos tradicionales como a los modernos. De hecho, hoy
en día se pueden encontrar bombillas LED de casi cualquier tipo, lo que hace
que se trate de una tecnología asequible y fácil de incorporar a nuestra vida cotidiana.
Qué ventajas tienen las bombillas LED
Mayor eficiencia energética
Cuando se habla de eficiencia energética se está haciendo referencia a
que, la energía que se consume, se hace de la manera más eficaz posible. Cuando
se enciende una bombilla, una parte de la electricidad se usa para producir
luz, pero otra se pierde en forma de calor. En el caso de las bombillas
tradicionales, la electricidad que emplean para producir calor suele ser casi
de la mitad. Esto significa que, la mitad de la energía consumida por estas
bombillas, se produce y se paga cuando solo sirve para producir calor. Por el
contrario, en el caso de las bombillas LED, el uso de la electricidad para
producir luz es del 90%, lo que significa que, para conseguir iluminar una
misma habitación, consumirá un 40% menos
de energía que una bombilla tradicional.
Tienen una mayor duración
Así mismo, la vida útil de las bombillas LED es considerablemente mayor
que las de otros tipos de bombillas. En el caso de una bombilla incandescente
(las tradicionales), lo normal es que duren unas 1.200 horas, y las bombillas
de bajo consumo tienen una duración media de unas 10.000 horas. Mientras que
las bombillas LED tienen una duración
estimada entre 30.000 y 50.000 horas, lo que las convierte en
bombillas mucho más duraderas que cualquiera de sus competidoras.
No incluyen gases tóxicos en su composición
Así mismo,
otro de los elementos que hay que tener en cuenta a la hora de preferir las
bombillas LED frente a otros tipos, como las de bajo consumo, es que no tienen gases tóxicos en su interior.
En el caso de las bombillas de bajo consumo, uno de los gases habituales que se
pueden encontrar en su interior está hecho a base de mercurio, un metal muy
tóxico para los seres humanos y los animales. De hecho, en el caso de que una
bombilla de bajo consumo se rompiera, lo primero que habrá que hacer es abrir
las ventanas para que se ventile la habitación y recoger los restos con cuidado
de no respirar justo encima de los mismos. Esto con las bombillas LED no
sucede, lo que es un elemento importante a la hora de proteger nuestra salud.
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