La existencia del alma es un tema que se ha discutido desde hace siglos; los propios griegos de la antiguedad tenían acalorados debates acerca de esto, Platón afirmaba esta parte trascendente, mientras que Aristóteles señalaba que sólo era una parte del cuerpo y moría con este.
Para sumar una voz más a la polémica, el físico Roger Penrose señala que ha encontrado pruebas de lo que sería el alma, aunque ligado más a lo que es la física cuántica.
Sostiene que las proteínas del cuerpo (en sus microtúbulos) contienen información cuántica del ser humano, misma que es liberada al universo subatómico cuando uno muere; pero que regresa si se logra reanimar a la persona, como sucede con gente que sufre paros cardíacos.
Esta falta de "sí mismo" es lo que se experimenta cuando se tienen experiencias cercanas a la muerte.
Asimismo, ese estadio subatómico, sería lo que varias religiones interpretan como el "más allá"; un mundo que sólo puede ser experimentado en términos cuánticos, que nuestra percepción sensorial no alcanza a dilucidar del todo.
Nuestra "alma", liberada del cuerpo, sería la que nos posibilitaría estar en contacto con esta clase de experiencia; en palabras de expertos del Instituto Max Planck de Física en Munich, quienes fundamentan las investigaciones de Penrose.
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