Antes de intentar evitar o combatir la depresión,
habría que recordarnos que se trata de un estado que parte de la tristeza, una
conducta totalmente típica en el ser humano. La depresión no necesariamente es
sólo un desbalance químico. Es un estado de ser, y un vacío que nos permite mirar al interior y
conocer más de nosotros. Hay quienes, incluso, aseguran que
se trata de la energía más digna que existe.
Desde
hace años, la depresión ha sido tratada principalmente con antidepresivos, lo
cual sigue siendo una tendencia preocupante. Ya
en 2005, la World Health Organization advertía
que esta condición debía ser abordada de otras maneras: que los pacientes
debían hablar,
y no limitarse sólo a ajustar los químicos en su cerebro mediante
pastillas.
El Dr. Felitti se dedicaba a tratar
a personas con obesidad mórbida desde los años 80. En su práctica descubrió
patrones de comportamiento que llevaban a muchos de sus pacientes a recuperar
el peso perdido en tratamiento.
Un día preguntó a una paciente
porqué creía haber vuelto a comer compulsivamente tras haber adelgazado: ella
le respondió que lo detonó la ocasión en que, por primera vez en mucho tiempo,
un hombre le coqueteó. Indagando,
Felitti llegó al fondo del asunto: la mujer había sido violada por su abuelo a
los 11 años, y fue cuando comenzó a subir de peso. Comer era su manera de
protegerse, algo que no obstante terminaba en una espiral descendente de
depresión.
¿Cómo tratar la depresión
alternativamente?
En
América Latina la
depresión es la primera causa de enfermedad mental, y afecta
entre el 19% y el 24% de la población adulta. Para enfrentar este problema
existen tratamientos más holísticos. El más importante, siguiendo a Hari, es la
autoexploración de la conciencia y la indagación, sin miedos ni culpas, de
nuestro pasado.
Concentrarnos en nuestro bienestar emocional y
físico, ya sea haciendo lo que nos gusta, practicando ejercicio, acercándonos a la naturaleza,
hablando con otros o, incluso, teniendo una mascota, es
una manera natural de equilibrar los químicos del cerebro.
De igual forma, podemos conseguir serotonina de ciertos
alimentos que contengan triptófano, como la banana, y evitando otros con mucha azúcar. Prácticas
como el yoga y la meditación pueden ser tan eficaces que incluso se usan para tratar el estrés
postraumático.
Siempre
son difíciles los primero pasos: si estás deprimido no querrás intentar nada de
esto. Pero curarse implica valentía y
mucha disciplina, cosas que ningún medicamento nos otorgará
mágicamente.
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