El eslabón perdido:
Los escépticos pidieron que, si
el hombre había evolucionado de los monos, se les mostrara el eslabón perdido
entre estos y el ser humano. (Muchos apuntaron a Lilita o Mauricio, pero la teoría
fue descartada)
En
relación al humano y sus ancestros, se llamó eslabón perdido al hipotético espécimen
que uniría a los humanos actuales con sus antepasados simios. Los
Australopithecus, antiguos homínidos bípedos con un mosaico de rasgos simiescos
y humanos, cumplen bien ese papel.
Astralopitecus Anamensis (1994) Kenia; 4.1 millones de años. |
El
concepto de eslabón perdido se considera hoy en día científicamente incorrecto
porque no hay uno, sino muchos, y justamente no son eslabones de una cadena
sino partes de un árbol (ver Evolución humana).
Astralopitecus afarensis "Lucy" (1974) Etiopia, 3.2 millones de años. |
Todo
comenzó cuando Charles Darwin lanzó en el tapete científico la Teoría de la evolución de
las especies en 1859. Darwin no habló de la evolución humana hasta mucho tiempo
después, cuando publicó su libro La ascendencia del hombre, en 1871. Pero los
seguidores de Darwin sí comenzaron a aplicar la teoría al ser humano.
Astralopitecus Boisei (1959) Tanzania, 1.9 millones de años. |
Thomas
Huxley publicó en 1863 el libro Evidences as to Man's place in Nature
(Evidencias del lugar del hombre en la naturaleza), en el cual decía, tras
hacer un estudio de anatomía comparada, que el lugar del hombre estaba en
estrecha relación con los grandes monos, particularmente los africanos. Y de
Huxley fue la idea de que el Homo sapiens había evolucionado a partir de un
antepasado simiesco.
Homo abilis (1960) Tanzania, 1.75 millones de años. |
Entonces
los escépticos pidieron que, si el hombre había evolucionado de los monos, se
les mostrara el eslabón perdido entre estos y el ser humano. Uno de los grandes buscadores fue Eugène Dubois, que entre 1886 y 1895
descubrió restos que él mismo describía como "una especie intermedia entre
los humanos y los monos".
Homo Rudolfensis (1972) Kenia, 1.9 millones de años. |
Lo
llamó Pithecanthropus erectus (hombre mono erecto en griego), hoy clasificado
como Homo erectus. La patraña del Hombre de Piltdown (1912) contribuyó mucho al
mito del eslabón perdido, ya que fue elaborado con todo lo que se quería encontrar
en ese añorado eslabón.
Homo Erectus ( 1981) Indonesia, aprox. 500.0000 años. |
Desde
aquellos años los medios de comunicación vienen anunciando el encuentro del
eslabón perdido en cada descubrimiento de homínido fósil. Lo hicieron con el
Hombre de Neandertal en 1865, con los Australopithecus en 1925, con el
Proconsul, el Ramapithecus, con el Homo erectus y hasta hoy en día lo siguen
haciendo.
Homo Sapien Neardentahalensis ¿Nuestro antepasado mas directo? |
En
1983 fue anunciado el hallazgo de Darwinius masillae, un fósil de 47 millones
de años de antigüedad, denominado Ida, que es considerado por algunos
paleontólogos, como el doctor Horum, como posible «eslabón perdido» entre los
primates haplorrinos -infraorden al cual pertenece el ser humano- y los
estrepsirrinos.
Aunque los miembros del grupo que realizó el descubrimiento
son escépticos de que se trate de un ancestro del Homo sapiens. Por su parte,
el doctor Henry Gee, uno de los editores de la publicación científica Nature,
dijo que el término [eslabón perdido] en sí mismo es engañoso y que la
comunidad científica necesitaría evaluar su importancia.
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