En el
año 1959 se estableció al 6 de agosto como día de la Educación Agropecuaria ,
en homenaje a la creación en esa fecha, pero del año 1883, del Instituto Santa
Catalina, en Llavallol, provincia de Buenos Aires.
En el mismo
comenzó a sistematizarse el proceso de enseñanza y aprendizaje vinculado a lo
agropecuario. Aunque el primer antecedente que puede señalarse en ese sentido
es la creación en 1823 de la
Escuela de Agricultura Práctica y Jardín de Aclimatación,
dispuesta por Bernardino Rivadavia. Por este motivo hoy se toma esta fecha como
un día muy especial para todo lo relacionado con el proceso enseñanza –
aprendizaje de lo agropecuario.
Hoy en día las
trayectorias de vida de los jóvenes son complejas y variadas, por lo que es
necesario que la educación esté orientada al desarrollo de herramientas que les
permitan desempeñarse de manera satisfactoria en ámbitos diversos.
Las escuelas
agropecuarias deben cumplir, simultáneamente, con dos misiones fundamentales:
lograr que los alumnos adquieran las capacidades requeridas para quienes
egresan del nivel de educación media y asegurarles una formación técnico
profesional que les permita su inserción en el ámbito de la producción
agropecuaria.
De esta manera, el primer desafío de calidad de la enseñanza
agropecuaria consiste en asegurar la formación integral de sus alumnos,
considerando en forma articulada tres dimensiones del sujeto de aprendizaje: su
formación como persona, como ciudadano y como profesional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario