¿Qué dice el pueblo somalí?
"Estoy feliz. Esto sí es justicia.
El asesinó a mi hijo, dejadle que muera", ha afirmado la
señora. "Así todos lo recordarán antes de que quieran hacer algo
parecido"
"Odiamos a estos crueles ladrones.
Matan a gente, así que deben morir", ha dicho Kusow Hassan, de 23 años.
"Los asesinos dejarán de matar, porque si no, saben que van a morir",
ha agregado.
Más
de 6.000 personas han asistido en Mogadiscio, Somalia, al fusilamiento de un
condenado por las cortes islámicas, en la primera ejecución pública que se
cumple desde que los líderes religiosos controlan la capital somalí. El
ajusticiado es un hombre que asesinó a un habitante de Mogadiscio cuando intentaba
robarle un celular.
El
acecino y ladrón ha muerto por los disparos de un escuadrón de fusilamiento en
una abarrotada explanada de una academia de policías de esta capital.
"¡Allahu Akbar!" (Dios es grande), han dicho los integrantes del
escuadrón y parte del público justo después de que Abdulkader Mohamed Diriye,
conocido como Malay, recibiera
dos tiros, en la cabeza y en el pecho. Diriye había sido condenado a muerte por
las cortes islámicas.
Se
trata de la pena capital que ejecuta la Unión de Cortes Islámicas
desde que en junio le arrebató el control de Mogadiscio a varios señores de la guerra.
El
llamamiento para acudir a la ejecución pública había sido hecho por radio por
los fiscales islámicos. La seguridad del lugar estaba a cargo de unos 200
milicianos, uniformados y con turbantes blancos y rojos.
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