Su grito de dolor ha quedado marcado
para la eternidad. Phan
Th ị Kim Phuc, es la niña que un
fotógrafo de la agencia AP inmortalizó el 8 de junio de 1972 desnuda y
quemada por el napalm, después de que su pueblo, la villa de Trang Bang , al norte de
Saigón, fuera bombardeada por el ejército estadounidense.
La imagen, viva representación de los horrores de
la guerra, es un icono antibelicista a la altura del Guernica, y fue
decisivo a la hora de cambiar la sensibilidad de Occidente respecto a la Guerra de Vietnam,
que terminó siete meses después con los acuerdos de París.
"La foto es un camino para la
paz"
Como explica en la entrevista, fue entonces
cuando fue consciente de que la foto podía darle mucho más de lo que lo que le
había quitado. “Me di cuenta de que podía ser un camino para la paz.
Supe que no podía seguir huyendo como se me ve en ella, que tenía que
enfrentarme a la situación y trabajar por la paz”.
Ese descubrimiento se produjo alrededor de 1982,
al mismo tiempo que decidió hacerse cristiana. Desde entonces, ha
luchado para que las víctimas de la guerra, y en especial los niños, fueran
atendidos por los gobiernos de todo el planeta.
"Un calor asfixiante"
Del día en el que se tomó la foto, Kim recuerda “el
asfixiante calor, el humo y el inmenso dolor. Me quité como pude la ropa en
llamas y corrí”.
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