Como todo
lo de hoy lo sabemos veremos los primeros pasos en este proceso descubierto y
entregado al Mundo por el Doctor argentino,
Luis Agote y que salvo y salva millones de
vidas en el planeta:
El primer intento de transfusión sanguínea registrado ocurrió en 1492
cuando el Papa Inocencio VIII cayó en coma, por lo que se recurrió a la sangre de tres niños y se la administró
por la boca, ya que no había conocimientos científicos sobre la circulación
sanguínea, descubrimiento que le pertenece a Williams Harvey en el siglo XVII. Los tres
niños y el Papa fallecieron. Mas tarde en 1667 se realizó la primer transfusión
de sangre a un enfermo de sífilis que murió luego de haber recibido sangre de
un perro, aunque parecía que el proceso iba “ser exitoso, el paciente empezó
a sentir fuertes dolores de los órganos y a orinar negro”.
En el siglo XIX se identificaron los
diferentes tipos de sangre y como la incompatibilidad de la misma entre
donante-receptor puede causar la muerte y también se descubrió el factor Rh
de la sangre. Pero el método de conservación de sangre humana para su uso
diferido en transfusiones, mediante la adición de citrato de sodio, fue
desarrollado por el médico argentino Luis Agote en 1914.
El Dr. Agote y su equipo después de varias pruebas, el 9 de noviembre
de 1914, concretaron exitosamente la transfusión de 300 cm3 de sangre, donada
por un empleado del Hospital a una parturienta que tres días después dejó el
nosocomio en perfecto estado de salud.
El doctor Agote comunicó su descubrimiento al mundo y en un primer
momento solo recibió respuestas corteses por vía diplomática. Cuando el “New
York Herald” publicó una síntesis de su método, el tema comenzó a
interesar, a tal punto que el norteamericano Lewinsohn y el belga Hustin
se apresuraron a reclamar el descubrimiento como propio (venían trabajando
paralelamente al científico argentino).
La ciencia recorrió un largo camino desde Luis Agoste hasta hoy, lo que vemos en la imagen es Sangre Cultivada en Laboratorio. |
Se entabló entonces una polémica en la que unos y otros se atribuyeron
la prioridad aunque la publicación del estudio en el periódico norteamericano y
las constancias del anuncio del descubrimiento efectuadas oportunamente por el
Dr. Agote, fueron pruebas contundentes que dejaron aclarado que fue él quien
primero logró la hazaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario