SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 13 de junio de 2015

MIL MILENIOS de PAZ: Una de las misiones de los Embajadores de Paz, es llevar luz a su corazón, para iluminar el camino de todos.

Queridos próximos Embajadores de Paz

Había una vez.. Hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, existió un hombre, que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.

La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo.
Entonces, le dice: 
-¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano?

Si tú no ves..
Entonces, el ciego le responde: – Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi…

Es muy importante la luz que me sirve a mí, y mucho más la que usamos para que otros puedan también servirse de ella.
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite. 

Tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar toda oscuridad… Está en nosotros saber usarla. 

El que alguien ilumine nuestra vida es un privilegio,  Iluminar la vida de otros es un honor,

Una de las misiones de los Embajadores de Paz, es llevar luz a su corazón, para iluminar el camino de todos. 
Abrazo de paz.

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