Lo cierto es
que las últimas cifras sobre el nivel educativo de la Argentina no fueron
demasiado alentadores: en el "Informe PISA Estudiantes de Bajo
Rendimiento", publicado en febrero por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE), el colectivo de estudiantes argentinos se ubicó
entre los diez peores de las 64 naciones analizadas.
Según los especialistas, los problemas de la
calidad educativa en la
Argentina podrían discriminarse en cinco puntos:
1.
El contexto socio-cultural
Es
difícil que el ámbito escolar pueda escaparle al clima de confrontación,
violencia, premios y castigos inmediatos y la discriminación del diferente que
actualmente se respira en casi todos los rincones de la sociedad argentina.
"No podemos exigirle a la escuela que se comporte como una entidad aislada
e inmune a un sistema cultural que la afecta y condiciona en sus prácticas. La persistencia por hacer
responsable a terceros de por los errores y resultados adversos de nuestras
vidas mina la base de cualquier sistema meritocrático que el sistema educativo se proponga
impulsar".
2.
La infraestructura
El
estado de las escuelas argentinas también juega un papel fundamental en el
rendimiento posterior de sus alumnos. En los diversos colegios del país se
registraron casos como techos que están a punto de caerse en aulas,
inundaciones, comedores clausurados o falta de baños en condiciones. Esas
complicaciones atentan contra el bienestar educativo de una institución y, por
ende, también dinamitan la capacidad del alumno de
poder mantener un aprendizaje sólido. "Es simple. Cuando uno va
a su trabajo, ve que en pleno invierno la pared de su oficina tiene un agujero
enorme y entra todo el frío al lugar, claramente su rendimiento quedará
afectado. ¿Por qué debemos pensar que los más chicos no van a ver condicionado
su rendimiento a raíz de las complicaciones edilicias del lugar donde
estudian?", afirmó Ramallo.
3. La desactualización
curricular
:
La presencia de Internet y las redes sociales en la
vida cotidiana de los alumnos es un factor fundamental para que el programa
educativo pueda subirse al tren de la actualidad y pueda despertar el interés
de sus alumnos. Si se mantienen intactos los programas educativos de hace 30
años, es imposible lograr que los jóvenes de hoy puedan sentir algo de
entusiasmo en el
aprendizaje de las materias. Lo cual los alejará aún más de sus
responsabilidades educativas. "Esta revolución transformadora, disruptiva
y de escala planetaria obliga a revisar los fundamentos del diseño curricular y
escolar y a impulsar la agenda de innovación y transformación educativa más
ambiciosas de los últimos 100 años", agregó Segura.
4. La estabilidad del docente
El
factor de los maestros y los profesores es quizás uno de los más delicados y de
los más importantes. Es primordial que los docentes puedan acudir a su puesto
de trabajo con las condiciones mínimas laborales. "Un maestro que lleva
meses sin cobrar un peso y que ya no tiene más gente alrededor para pedirle
plata prestada, ¿cómo pretendemos que tenga la cabeza despejada para dar clases
totalmente compenetrado en sus responsabilidad?", se preguntó
Ramallo. "Los Ministerios y los Gobiernos tienen la obligación de cumplir
con sus docentes. Es tan importante que los alumnos estén comprometidos con el
estudio, así como que los maestros tengan el mismo grado de compromiso",
agregó.
5. La contradicción ética
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