El Falcon Heavy, cohete de la empresa SpaceX, despegó este martes de la histórica plataforma de lanzamiento 39A del Centro espacial John F. Kennedy, en Florida (EE.UU.), en su primer vuelo de demostración.
Son varias las razones por las que este lanzamiento ha llamado la atención. En primer lugar, se considera al Falcon Heavy el segundo cohete más poderoso de la historia, después del Saturn V de la NASA, y el más potente de la actualidad.
Pero además, vuela al espacio cargado con un lujoso automóvil eléctrico Tesla Roadster de color rojo, dentro del cual se encuentra un maniquí.
Según el plan, el cohete deberá poner el Tesla en camino hacia una órbita heliocéntrica, tras lo cual el vehículo viajará por el espacio durante varios millones de años. En ese transcurso. deberá situarse "en una órbita elíptica en precesión, donde una parte de la elipse se encontrará en la órbita de la Tierra y la otra parte en la órbita de Marte", según el fundador de SpaceX, Elon Musk.
Aunque el Tesla Roadster, según afirmó el empresario, "en ocasiones llegará muy cerca de Marte", no podrá colocarse en su órbita, debido a que no tiene el empuje para adentrarse en ella.
Sin embargo, Musk informó con posterioridad que el vehículo sobrepasó la órbita del planeta rojo y prosiguió hacia el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. El empresario también tuiteó una imagen del mapa con la trayectoria del vuelo de Tesla.
Asimismo, el lanzamiento del Falcon Heavy ha sido destacado por intentar hacer algo nunca antes logrado: el aterrizaje de sus tres propulsores de primera etapa. Tras el despegue desde Cabo Cañaveral, los dos propulsores laterales se separaron del núcleo central y descendieron hasta posarse en zonas de aterrizaje del mismo predio. El objetivo es que puedan volver a utilizarse en futuras ocasiones.
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