Bajo
la premisa "el plástico no pertenece al océano" se
inició una campaña para proteger los océanos y limpiar las playas bonaerenses.
Durante tres días un grupo de voluntarios junto a Vida Silvestre y una empresa
privada organizaron distintas jornadas para sacar los residuos tirados en las
arenas de la Costa donde miles de personas veranean.
Se estima que 8 millones
de toneladas de desechos plásticos llegan a los océanos cada año, por lo que si no se
deja de arrojar residuos, en 2050 el océano tendrá
más plástico que peces, según pronostican las organizaciones
ambientalistas.
"Hicimos una
alianza con una empresa para limpieza de playas y ya lo hicimos en Pinamar, en
tres playas de Mar del Plata y este domingo se hará una en Quequén", dijo Carolina Noya,
de Fundación Vida Silvestre.
A
ello agregó: "El objetivo de estas limpiezas es censar todas las
basuras que se encuentren, generar un vinculo con esa
basura, charlar con los voluntarios para contarles sobre la problemática de la
Basura Marina y hablar de qué podemos hacer nosotros desde nuestro lugar".
En este censo participa el equipo de Vida Silvestre
con la coordinadora del proyecto Basura Marina,
Verónica García. Y lo que allí se recupere tendrá un sorprendente destino.
El objetivo de la campaña es "accionar de
manera participativa para limpiar las playas, concientizar respecto a esta
problemática y generar un cambio de hábito en los consumidores. Esta campaña se
desprende de la alianza global entre Corona y Parley for the Oceans quienes
hace más de un año trabajan para hacer frente a la contaminación marina por
plástico mediante su compromiso para proteger 100 islas al 2020 a nivel global",
aseguran los organizadores.
Tras
censar los residuos se los separa y clasifica para iniciar la tarea de
reciclaje. Tapitas, cartón, , papel, chatarra, film, juguetes, sillas, botellas
de plástico y de vidrios serán las materias prima de distintos y diferentes
objetos.
Quienes se llevarán los residuos recolectados
durante estas jornadas de limpieza en las playa son los recicladores de la Cooperativa Reciclando Conciencia,
de Pinamar.
"Todo lo que se recuperó y recuperará en estas
jornadas se lo lleva una cooperativa de Pinamar que es una recuperadora y que
tiene el mejor trabajo en la zona. Estarán recuperando todo el material para
convertirlo en otras cosas", contó Noya.
Con las tapitas recicladas hacen tachos para la
basura, muebles de jardín e incluso volvieron a dar vida a los esqueletos de
muchas sillas que ocuparon algunas aulas y que luego de romperse la madera de
los asientos fueron a parar a la basura.
Reciclando
Conciencia, es una cooperativa de trabajo que tiene dos grandes objetivos: el
cuidado del medio ambiente y clasificar, acondicionar y reinsertar los residuos
reciclables, en un marco de participación y crecimiento, aseguran sus miembros
activos.
"El cuidado del medio ambiente lo planteamos
de manera realista trabajando hacia el ideal desde lo posible, entendiendo al
planeta como un sistema cerrado y sabiendo que todo lo que generamos permanece
y cuanto más transformemos mejor legado le dejaremos a las generaciones
futuras", destacan desde la cooperativa en su página web.
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