SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



miércoles, 20 de enero de 2021

Recordando al Ex Presidente Dr. Arturo Illia en el 38 aniversario de su partida. Su vida estuvo precedida por la HONESTIDAD, por ello NO pudo gobernar como debió-

 

“Defenderemos la salud del ser humano en todos los ciclos de su existencia, con suficiente y sana alimentación, erradicando endemias y previniendo epidemias, aplicando científica y moderna medicina social, sanitaria y asistencial”. Así se expresaba Arturo Umberto Illia en su mensaje de asunción presidencial. Era el 12 de octubre de 1963.

 


La salud fue sin dudas una de sus grandes preocupaciones. Durante más de 30 años había ejercido la medicina en Cruz del Eje, en Córdoba. Muchos lo llamaban el “apóstol de los pobres” por su dedicación a los enfermos con menos recursos. Podía a viajar a caballo varios kilómetros para llevar medicamentos a quienes no podían adquirirlos.

Illia nació en la tarde del 4 de agosto de 1900 en Pergamino, provincia de Buenos Aires, donde cursó sus estudios  primarios. Su niñez transitó entre su vida escolar y la apacible vida de campo. Sus estudios secundarios los realizó en el colegio Pío IX, de la orden de los salesianos, en Buenos Aires, aunque debió interrumpirlos y terminó rindiendo como alumno libre en el Colegio Nacional Buenos Aires, donde obtuvo su título de Bachiller.



A los 18 años comenzó su carrera de Medicina en la Universidad de Buenos Aires. Corría el año 1918, un año trascendental para la historia de la formación Universitaria Argentina, que cimentaría las bases de la educación superior en toda América Latina. Hipólito Yrigoyen era entonces presidente. Aquel fervor reformista impulsó al joven Illia a afiliarse al Partido Radical, atraído por la historia de lucha, reivindicaciones y valores populares.

 

En 15 de febrero de 1939 se casó con Silvia Martorell, con quien tuvo a sus hijos Emma Silvia, Martín Arturo y Leandro Hipólito.   En 1963 el doctor Illia resultó electo presidente en sufragios controlados por las fuerzas militares. Illia solo obtendría el 21 % del electorado, logrando el segundo lugar por cantidad de escaños el voto en blanco con un 19 % (estos votos eran expresión del peronismo proscripto). Solo permaneció 2 años y 11 meses; un nuevo, incoherente, y fatídico golpe de Estado lo derrocó el 28 de junio de 1966. 

 

Illia es considerado un político honesto y coherente. Despojado de bienes materiales, se retiró de la presidencia de la Nación con menos capital del que contaba al asumir el cargo. Nunca aceptó cobrar una jubilación de privilegio. Falleció en su tierra adoptiva, Córdoba, el 18 de enero de 1983, aquel lugar que lo vio luchar por sus dos pasiones, la medicina y la política; sosteniendo la coherencia de sus objetivos e ideales cívicos toda su vida. Sus restos fueron trasladados y sepultados en el Cementerio de la Recoleta junto a dirigentes radicales y militantes caídos en la Revolución de 1890. Allí se encuentran los restos de Elpidio González, Hipólito Yrigoyen y Leandro N. Alem.  

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