SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 1 de abril de 2021

ARGENTINA: La exportación de caballos vivos para consumo humano a Japón, activistas denuncian malas prácticas. Miles de caballos son enviados-

 

El país asiático es uno de los mayores consumidores de carne equina e importa animales principalmente de Canadá y Francia. Según aseguran, los ejemplares son sometidos a largos vuelos donde viajan en malas condiciones, y a su vez los encierran sin alimento ni descanso.



Activistas reclamaron por los derechos de los animales debido a un aumento exponencial de las exportaciones de caballos vivos principalmente desde Francia y Canadá con destino a Japón para el consumo humano.

Durante estos últimos 10 años, se registró un impactante crecimiento de este mercado hacia el país asiático, reconocido por ser uno de los lugares donde más se consume carne equina. Por ese motivo, los opositores al consumo de carne de caballo no tardaron en elevar la voz y hacer notar su indignación con la causa.

 

A todo esto, se le suma el agravante de las denuncias por el trato que reciben los animales durante los traslados desde ambos países hacia el destino. Según el reclamo de los activistas, los caballos son sometidos a largos vuelos donde los que encierran a los animales sin agua, alimento ni descanso.



La veterinaria canadiense Judith Samson-French se arrimó en reiteradas ocasiones al aeropuerto de Calgary y observó cómo eran las condiciones en las que permanecen los animales antes de ser embarcados en el vuelo rumbo al territorio nipón.

“Siendo veterinaria no me gustó lo que vi. Estos caballos no están entrenados, ni acostumbrados a este tipo de transporte. Son caballos grandes, es totalmente imposible que se acuesten en esos contenedores”, expresó la veterinaria.

A su vez, Samson-French argumentó que los animales son cargados en grupos de tres o cuatro, en contenedores de madera que sólo permiten que sobresalga la cabeza del equino. En algunos casos, como su altura supera la de los depósitos en los que viajan, les genera malestar, desesperación e impaciencia en los caballos.



Desde el año 2013, ya son 40.000 los caballos que partieron de los aeropuertos del oeste de Canadá y tuvieron este destino. Según dicta la reglamentación canadiense, el viaje puede llegar a durar 28 horas.

Luego del arribo a Asia, según el medio británico The Guardian, pasan 10 días en cuarentena en las instalaciones del gobierno. Desde ese lugar, los llevan a campos para engorde y posteriormente sacrificarlos para consumo.

La consultora Williams & Marshall Strategy señaló en uno de sus trabajos de investigación que entre el 25% y el 40% de la carne de caballo en Japón proviene de animales importados.  Esto se apoya en la idea del ahorro del alto costo de la crianza de los animales.

En este sentido, en el año 2019, Canadá protagonizó el 71% de las importaciones de caballos vivos a Japón, y en segundo lugar figura Francia con el 21%. Cabe destacar que estas estadísticas excluyen a los caballos purasangre para reproducción.

“Alrededor de 2016 y 2017, los japoneses comenzaron a llegar a Francia para investigar dónde podían comprar caballos”, remarcó la autoridad de la ONG Eurogroup for Animals, Stéphanie Ghislain, y agregó: “una gran parte del comercio tiene su centro en la región del noroeste de Bretaña, y los animales viajan de Francia a Japón en avión”.

El Ministerio de Agricultura de Francia admitió que el transporte de animales vivos es una “gran preocupación”. Sin embargo, en otro comunicado también detalló: “El aumento de la demanda en Japón de caballos franceses es una muestra de la excelencia de nuestra industria”.

Algunos manifestantes, tales como el grupo activista “Coalición Canadiense para la Defensa de los Caballos” que reclaman por la causa desde hace años por los vuelos donde viajan desde 90 hasta 110 caballos, desean que se prohíba la exportación de caballos vivos para sacrificar y también para el consumo humano de carne equina en Canadá.

Por su parte, la Agencia de Inspección de Alimentos Canadiense (CFIA) declaró que sus agentes monitorean el cargamento de caballos de cada vuelo para “verificar que los caballos están sanos y que el transporte se hace humanamente”. Luego de esa inspección, afirmó estar al tanto de la muerte de cinco ejemplares durante los vuelos a Japón desde 2013.

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