SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



domingo, 6 de febrero de 2022

¿Qué pintura retrata mejor el amor? -Lectura para un domingo romántico-

 

El amor romántico no lo inventó Hollywood, ni tan siquiera el mismísimo Shakespeare. A diferencia de lo que cierta posmodernidad extraviada pretende, estaríamos ante un rasgo común a todas las culturas y épocas, que abarca desde los indígenas americanos a los aborígenes australianos, y nos incluye a todos los que quedamos en medio.

Parece mucho más plausible que los seres humanos son, por naturaleza, el tipo de animales que se enamoran. Muy bien, es un padecimiento universal, pero ¿qué más sabemos de él? ¿Es cierto eso que dicen de que gracias a él un cielo en un infierno cabe? ¿Tiene cura? ¿Queremos siquiera curarnos?

La imagen que les muero se titula, “Rapto de Psique por amor” 1895, por William-Adolphe Bouguereau, Óleo sobre lienzo, 209 x 120 cm.

 


Eros y Psique protagonizan una de las más bellas y tiernas historias de amor de la mitología griega. La maravillosa historia, —"narrada por una anciana con la intención de mitigar los temores de una jovencita a quien el destino había preparado funestos sucesos"—, quedó inmortalizada en "Las Metamorfosis" de Apuleyo, o también conocida como el "Asno de Oro" de Apuleyo, única novela latina completa que se conserva, que fue creada por el escritor romano más importante del siglo II a. C. Lucio Apuleyo (125 d. C.-180 d. C) como una adaptación de un original griego.

La preciosa historia cuenta que Psique era la menor y más hermosa de tres hermanas hijas de los Reyes de Anatolia (Turquía). A pesar de que sus dos hermanas mayores poseían gran atractivo y estaban bien proporcionadas, su belleza no podía compararse ni de lejos con la de Psique. La muchacha era tan bella, que provocó los celos de la mismísima Afrodita (Venus), la Diosa de la belleza. Para vengarse de su competidora, Venus ordenó a su hijo alado Eros (Cupido), que visitara a la joven y le clavase una flecha maligna que la hiciese enamorarse del hombre más feo, cruel y detestable del inframundo. Para cupido (el dios del amor), un trabajo de este tipo era coser y cantar.

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