Lo descubrieron científicos de
EEUU en pacientes fallecidos. Expertos en neurociencias en diálogo con Infobae
recomiendan prestar más atención a las secuelas después de la infección.
Más de 396 millones de personas han sido
diagnosticadas con la enfermedad COVID-19 y más de 5,7 millones han
fallecido. Entre los que han sobrevivido, algunas personas quedan con secuelas que
pueden perdurar meses. Desarrollan afecciones con efectos en las funciones del
corazón, los pulmones, los riñones, la piel y el cerebro.
Científicos de los
Estados Unidos descubrieron cuáles son
los cambios moleculares que ocurren en personas que tuvieron cuadros graves de
COVID-19 y fallecieron. Sostienen que el cerebro de los pacientes con
COVID-19 podrían sufrir síntomas similares a la enfermedad de Alzheimer.
El estudio fue realizado por investigadores del
Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia.
Encontraron que los cerebros de una
pequeña muestra de pacientes que murieron de COVID presentan algunos de los
mismos cambios moleculares que también son encontrados en los cerebros de las
personas con la enfermedad de Alzheimer.
Los hallazgos podrían ayudar a explicar los
problemas de memoria que presentan los enfermos de COVID prolongado o PosCovid,
aunque los investigadores advierten que
el estudio es pequeño -con datos de sólo 10 pacientes- y debe ser replicado por
otros científicos. El estudio se publicó el 3 de febrero en Alzheimer’s
& Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association.
“Se está investigando en diferentes países el
impacto del COVID-19 en el cerebro. Este
nuevo estudio en los Estados Unidos da indicios que la enfermedad por el
coronavirus puede generar alteraciones en el cerebro que lleven a la muerte de
algunas neuronas y a síntomas similares a los de la enfermedad de Alzheimer”, dijo hoy a Infobae Ignacio
Brusco, profesor titular, director del Departamento de Psiquiatría y Salud
Mental y vicedecano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos
Aires (UBA). Según el experto, “las personas deberían prestar
atención a la neblina mental, la falta de concentración y momentos de olvidos y
consultar al médico”.
Los primeros informes
sobre la “niebla cerebral” y los síntomas cardíacos persistentes en los
sobrevivientes de la COVID llevaron a los investigadores de Columbia a
investigar cómo se veían afectadas ciertas moléculas llamadas
“receptores de rianodina” en la enfermedad causada por el coronavirus.
Los receptores de rianodina defectuosos se han
visto implicados en diversos procesos
patógenos, que van desde las
enfermedades cardíacas y pulmonares hasta la respuesta del cerebro al estrés y
la enfermedad de Alzheimer, según tuvo en cuenta el grupo dirigido
por el doctor Andrew Marks, jefe del Departamento de Fisiología y Biofísica
Celular del Colegio de Médicos y Cirujanos de Vagelos, que llevó a cabo el
estudio.
“Cuando se produjo la pandemia por el coronavirus,
al igual que todo el mundo, me interesó ser útil y hacer lo que pudiéramos”,
dijo el doctor Marks. “Lo que
encontramos es realmente creo que bastante inesperado: no sólo encontramos
receptores de rianodina defectuosos en los corazones y pulmones de los
pacientes de COVID fallecidos, sino también en sus cerebros”, agregó.
En el interior de las neuronas, los receptores de rianodina defectuosos se han
relacionado anteriormente con un aumento de la proteína tau fosforilada, un
sello distintivo bien conocido del Alzheimer. En el nuevo
estudio, los investigadores de Columbia encontraron altos niveles de la
proteína tau fosforilada en los cerebros de los pacientes con COVID, además de
receptores de rianodina defectuosos.
La tau fosforilada se encontró en áreas donde esa
proteína se localiza típicamente en los pacientes de Alzheimer, así como en
áreas donde la tau no se localiza típicamente en los pacientes de Alzheimer. Esto sugiere que la tau fosforilada en los
pacientes de COVID podría ser un signo de Alzheimer en fase inicial y también
podría contribuir a otros síntomas neurológicos observados en los pacientes de
COVID-19.
Se sospecha que el aumento de los niveles de tau
fosforilada en el cerebro está relacionado con los problemas de memoria en el
Alzheimer y podría estar causando problemas similares en las personas con COVID
larga, afirmó Marks. Sobre la base de
los resultados, junto con otros cambios encontrados en el cerebro, los
investigadores consideran que la respuesta inmunitaria que caracteriza a los
casos de COVID-19 grave causa inflamación en el cerebro.
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