SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 19 de febrero de 2022

COMO cuidar nuestras NEURONAS-

 

Durante décadas, fue una verdad asumida por todos: el ser humano nace con un número finito de neuronas que se van degradando y jamás son sustituidas. Fin. La vida regalaba a cada uno un paquete cerrado de estas células, que debían ser cuidadas con responsabilidad.

Pero ninguna verdad es absoluta: la ciencia se ha ocupado de probar que la generación de neuronas es también una realidad en otras edades y momentos del ciclo vital, no solo durante la etapa embrionaria. Es el proceso conocido como neurogénesis adulta; el cerebro fabrica nuevas neuronas que completan a las que cada uno ha desarrollado por la fusión del espermatozoide y el óvulo de los padres. Y las pone a funcionar.



Pero el cambio de paradigma no se circunscribe al hecho de que esta nueva verdad esté ya probada. Algunos estudios apuntan a que estos procesos de neurogénesis adulta se pueden propiciar, que se pueden precipitar y reforzar, asumiendo una serie de prácticas relacionadas con los hábitos y las rutinas.

Si bien existen opiniones encontradas sobre cuándo, por qué y con qué intensidad se desatan estos procesos de producción, docenas de investigaciones han comprobado que mediante la dieta, el ejercicio e, incluso, la práctica del sexo, es posible fomentar la neurogénesis y echar una mano al sacrificado cerebro. Siempre hacendoso. Siempre en marcha. Y crucial para vivir más y mejor.

5 hábitos que promueven la creación de neuronas

Sandrine Thuret, neurocientífica del King’s College de Londres, es una de las principales investigadoras de la neurogénesis del mundo. Ella sostiene con contundencia que el hipocampo continúa generando neuronas fundamentales para los procesos de aprendizaje y memoria durante toda la vida.

Thuret apunta además, con sus estudios, a que estos procesos pueden reforzarse adoptando unos hábitos de vida saludables. Y sus conclusiones se cruzan con las de otros muchos análisis que profundizan en estas pautas:

1. Ejercicio aeróbico. Científicos de la Universidad de Jyväskylä, en Finlandia, descubrieron que es una de las técnicas más adecuadas para aumentar la neurogénesis. La carrera o los ejercicios de resistencia se revelan como una práctica adecuada, aunque basta con “caminar a buen ritmo durante 30 minutos, cinco días a la semana”, como punto de partida, según el vocal de la SEN Pablo Irimia.

2. Alimentación. Apostar por la dieta mediterránea y por planes hipocalóricos parece ser, de nuevo, una decisión más que acertada. Aunque otros estudios dan un paso más, hablando de los flavonoides como alimentos que propician la neurogénesis adulta. Té verde, uvas rojas y, en definitiva, los alimentos ricos en antioxidantes, deben ser incluidos en la dieta habitual “por sus efectos positivos para evitar la degeneración celular”, apunta Irimia.

3. Sexo. El estudio publicado por la Us National Library of Medicine comprobó que el hipocampo produce neuronas nuevas cuando el cuerpo queda expuesto a la práctica del sexo de forma continuada, mejorando así la función cognitiva. Pero avisan: “La experiencia sexual repetida puede estimular la neurogénesis adulta siempre que esta persista en el tiempo”. Le toca a cada uno fijar el calendario.

4. Estrés y ansiedad bajo control. Es, también, factor determinante para el correcto funcionamiento del cerebro, para el mantenimiento de la plasticidad neuronal y para el fomento de procesos de neurogénesis más relevantes. Así, científicos de la Universidad de Oregon apuntan a que la meditación, entendida como un ejercicio que controla y elimina la tensión, es una práctica desencadenante de la generación de nuevas neuronas en la edad adulta. En conclusión: unos minutos al día para dejar la mente en blanco ayudarán al cerebro tanto en el corto como en el medio y largo plazo.

5. Mente siempre activa. Se trata, quizá, del consejo más relevante: “El aprendizaje genera conexiones entre las diferentes zonas del cerebro, y por eso es clave para que este se pueda anteponer a su deterioro”, explica el neurólogo Irimia, que añade: “No se trata únicamente de leer mucho, sino también de mantener una interacción social habitual y estimular al cerebro constantemente”.

 

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