Se denomina Esteros del
Iberá a un extenso humedal que abarca entre 15.000 y 25.000 km² en la provincia
de Corrientes, en el noreste de Argentina. Es el segundo del mundo en
extensión, sólo superado por el Pantanal, una llanura aluvial que se sitúa
entre Brasil, Bolivia y Paraguay.
Los
esteros del Iberá son un depósito de agua estancada, con una profundidad que
varía entre 1 y 3 metros. En su superficie vive una gran cantidad de plantas
acuáticas. Este es, además, el segundo
humedal más grande del mundo. Los cauces
abandonados del Paraná forman el entramado de humedales de este lugar tan
singular. Las características de los Esteros del
Iberá lo convierten en un lugar único en Argentina que
merece una visita al menos una vez en la vida.
Los
esteros del Iberá están formado por la gran masa de vegetación de estos
depósitos, con gran capacidad de retener agua, y las precipitaciones pluviales,
que aportan anualmente entre 1.200 y 1.500 mm. De esa enorme cantidad de agua
recibida, menos de una cuarta parte deriva hacia el río Paraná. Esto se realiza
a través del único desagüe superficial del sistema: el río Corriente.
Protección de las especies en los esteros del Iberá
La
biodiversidad única que vive en este lugar tan hermoso es otra de las
características de los esteros del Iberá. Entre las especies más
características de su población animal encontramos numerosas especies
amenazadas. Hablamos de animales como el ciervo de los pantanos, el venado de
las Pampas, el carpincho, el lobo de crin o aguará guazú, el yacaré overo y
negro, la boa curiyú y el lobito de río, los monos aulladores, y una gran
variedad de aves como el pirincho.
Los
esteros del Iberá tiene una geografía muy peculiar que dificulta su acceso. Por
lo tanto, el avistamiento de la fauna autóctona que vive en este espectacular
paraje argentino no siempre resulta fácil. El gobierno provincial ha creado una
Dirección de Parques y Reservas (DPR) dedicada a fomentar el turismo de la
Reserva del Iberá. También se busca con esta iniciativa promover la protección
y conservación de las especies que viven en ella.
El
objetivo es guiar al turista para que éste tenga el menor impacto posible sobre
el medio natural. Para ello, se han creado puntos panorámicos desde los que los
visitantes pueden ir a pie. Además, se ha dado formación específica sobre el
turismo ecológico a guías de la región. El objetivo es que puedan difundir este
tipo de turismo, basado en la conservación de los esteros del Iberá.
Un humedal reconocido por su importancia internacional
Lejos
de ser un entorno natural de importancia local, los Esteros del Iberá es, por
sus características y peculiaridades, un humedal de gran importancia a nivel
internacional. Los humedales sustentan la vida de una gran cantidad de especies
y subespecies de peces y aves acuáticas. Debido al papel que este reservorio de
especies autóctonas tiene para la preservación de los ecosistemas regionales,
el humedal de los Esteros del Iberá ha sido designado como Sitio Ramsar. Se
trata de un distintivo que se otorga bajo la Convención de Ramsar a los
humedales que tienen importancia internacional.
La
Convención de Ramsar es un tratado intergubernamental firmado en 1971 para la
conservación de los humedales y sus recursos naturales. Este tratado sirve como
marco de referencia para las acciones que se llevan a cabo desde los gobiernos
nacionales y las organizaciones internacionales.
A
pesar de la gran abundancia de agua que existe en el planeta, hay una gran
escasez de agua dulce en muchas partes del planeta. El cambio climático
presenta grandes desafíos para lugares como los esteros del Iberá, ya que los
humedales son ecosistemas muy sensibles a cambios hidrológicos y climáticos.
Además, las malas prácticas o el mal uso que se hace de él podría poner en
jaque la disponibilidad hídrica de las comunidades que dependen de él. Por esta
razón, la denominación como Sitio Ramsar es muy importante para la conservación
de este entorno natural único.
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