UN MAPA
IMPOSIBLE
El mapa de Piri Reis resulta
imposible si se considera que lo que se ve en él es la costa de América y de la
Antártida. En el momento en el que lo dibujó, los europeos no habían
pisado más que una pequeña parte de las costas del Nuevo Mundo y la Antártida
era totalmente desconocida, si bien se presumía la existencia de un
hipotético continente austral. Pero el primer fragmento del mapa parecía
representar una gran parte de la costa este de Sudamérica, una isla que se
presume sería La Española y parte de la costa antárica; el segundo fragmento
resultaría todavía más incomprensible ya que representaría parte de
Norteamérica.
La geografía no es lo único que llama la
atención. El mapa incluye dibujos de animales que claramente no podían vivir en la
Antártida -como uno que parece un alce- puesto que, de
acuerdo con las predicciones climáticas, la última vez que el continente
registró una temperatura algo más cálida a la actual fue hace más de 100.000
años.
¿QUÉ APARECE EN EL MAPA DE PIRI REIS?
La conclusión a la que se llegó es,
de hecho, muy sencilla: el mapa de Piri Reis, simplemente, no
representaba las costas de América y de la Antártida sino que se
basaba vagamente en las ideas que en aquel tiempo se tenían de lo que había más
allá del océano. Y lo que se sabía era que existía una tierra a la que se
llamaba Cipango -que sería Japón- y más allá la costa oriental de Asia, de la
que no se conocía de forma precisa la forma o extensión.
El mapa de Piri Reis no representaba
las costas de América y de la Antártida sino que se basaba vagamente en las
ideas que en aquel tiempo se tenían de lo que había más allá del océano
El mapa de Piri Reis, de hecho,
destaca por la gran diferencia que hay entre una cartografía muy exacta de la
costa española, portuguesa y africana que se puede ver en el extremo derecho
y la enorme inexactitud de lo que serían las supuestas costas de
Sudamérica y la Antártida: el ejemplo más evidente es que ambos continentes
aparecen pegados cuando en realidad los separan los cerca de mil kilómetros de
agua del Pasaje de Drake. Además, en la supuesta Sudamérica aparecen
dibujos de animales fantásticos, reptiles antropomorfos y hombres sin cabeza y
con el rostro en el torso que pueden identificarse como los blemios de
la mitología romana.
El 9 de octubre de 1929, el teólogo
Gustav Adolf Deissman hizo un sorprendente descubrimiento mientras
inspeccionaba la biblioteca del Palacio de Topkapi en Estambul, que el gobierno
turco le había encargado clasificar. Entre sus recovecos encontró dos
fragmentos de un mapa de principios del siglo XVI, dibujado sobre piel de
gacela, que presentaba una extraña anomalía: al oeste de la península Ibérica y
de África se podían distinguir grandes porciones de costa que parecían
corresponder a América y a la Antártida y que no deberían haber estado allí ya
que, por aquel entonces, no eran conocidas en Europa.
El autor del mapa era Ahmed Muhiddin
Piri, más conocido como Piri Reis -siendo reis un
rango militar equivalente a un capitán naval-, un marino y cartógrafo otomano
que vivió entre 1465 y 1553. Según sus propias palabras, lo había elaborado a
partir de otro mapa -hoy perdido- obtenido de un prisionero castellano
que había acompañado a Cristóbal Colón en sus viajes, y lo había completado
con información procedente de “los antiguos reyes del mar”.
Empezó a dibujarlo en 1511,
probablemente lo terminó en 1513 y en 1517 lo presentó al sultán Solimán el
Magnífico, quien lo recompensó ascendiéndolo a almirante. Más adelante, en
1521, Piri Reis publicó un detallado atlas del Mar Mediterráneo que incluía un
relato de las expediciones de “un astrónomo que se llamaba Kolón, que salió en
busca de Antillia [una isla mítica ubicada en un lugar indeterminado del
Atlántico] y la descubrió”.
Fuente: National Geografic/2025-



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