SEGÚN un INFORME del 24/10/2025, elaborado por la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (BCER), el Consejo Empresario de Entre Ríos (CEER) y las Facultades de Ciencias Económicas y Agropecuarias de la UNER .
Un estudio conjunto de instituciones de esa
provincia reveló que, entre las campañas 2018/19 y 2024/25, el agro entrerriano
transfirió esa cifra a las arcas nacionales. En la última campaña, el monto
equivalió al 27% de la producción de maíz. Analiza el impacto de las retenciones (DEX) sobre los
principales cultivos de la provincia: soja, maíz, trigo y sorgo.
El trabajo
estima que, en promedio, Entre Ríos transfirió 93 millones de
dólares por año al Estado Nacional en concepto de derechos de exportación entre las campañas 2018/19 y 2024/25.
El
pico se registró durante la campaña 2021/22, cuando el ingreso fiscal alcanzó
los 143
millones de dólares, impulsado por los altos precios internacionales
y buenos volúmenes exportados”, advierte el comunicado de la entidad.
SEQUÍA, PRECIOS Y RECUPERACIÓN
En el otro extremo, la
sequía de 2022/23 marcó un fuerte retroceso. La caída en la producción y en los precios internacionales redujo las
exportaciones y, en consecuencia, los ingresos fiscales.
No obstante, la campaña
2024/25 muestra una recuperación interanual, motorizada por una cosecha récord
de soja y una
baja temporal en las alícuotas.
De acuerdo con el estudio, el monto recaudado por el Estado Nacional en la última campaña equivale
al valor productivo de 209.240 hectáreas de soja; es decir, el 16% del área
sembrada en la provincia, o bien
a 532.086 toneladas de maíz al precio pizarra del 4 de septiembre, lo que
representa el 27% de la producción entrerriana del cereal.
UNA CARGA QUE CONDICIONA LA RENTABILIDAD
El informe señala que las retenciones representan una transferencia significativa de recursos
desde el sector agrícola entrerriano hacia el Estado Nacional, sin que esos fondos sean coparticipables con
la provincia.
Además, advierte que esta carga impacta directamente en la rentabilidad y las decisiones de inversión
del sector, especialmente
en regiones con menor competitividad relativa y mayores costos logísticos.
“En provincias
como Entre Ríos, donde las distancias a los puertos son largas y los rindes
promedio suelen ser menores que en la zona núcleo, las retenciones agravan
las brechas de competitividad”, destaca el trabajo técnico.
Dentro del esquema de derechos de exportación, la soja continúa siendo el cultivo que más recursos
aporta. En años
de precios altos y alícuotas elevadas —como en 2021/22—, los productores
sojeros fueron los principales contribuyentes al fisco nacional.
Sin embargo, también
fueron los que más sufrieron los efectos de la sequía y la presión impositiva,
factores que redujeron los márgenes y frenaron inversiones en tecnología y sustentabilidad.
SEGMENTAR PARA SOSTENER AL PRODUCTOR
Los autores del estudio plantean la necesidad de revisar el esquema actual de retenciones, teniendo en
cuenta no solo los objetivos fiscales del Estado, sino también las
consecuencias económicas y
productivas que generan.
En particular, proponen
mecanismos de segmentación que consideren la situación de los pequeños y
medianos productores, los más
afectados por las políticas impositivas.
“El desafío es encontrar un equilibrio que permita sostener la
recaudación sin castigar la competitividad del interior productivo”, concluye
el informe.
UNA TRANSFERENCIA SILENCIOSA
El análisis deja en evidencia que, más allá de los ciclos climáticos y de precios, las
retenciones implican una transferencia estructural de recursos del agro
entrerriano al Estado Nacional.
Solo en el último ciclo agrícola, ese monto habría alcanzado una cifra
suficiente para financiar por completo la producción de más de 200.000
hectáreas de soja, una magnitud
que ilustra el peso fiscal que soporta el campo de Entre Ríos.



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