Se trata de la Titan arum, una Amorphophalllus titanum
originaria de las selvas de Sumatra. Esta se abrió hace unos días en el Jardín Botánico de la Universidad de Basilea,
en Suiza.
En abril del año pasado, la
flor había mostrado sus 2,27 metros de
esplendor cerrada que la convierten en la más grande del mundo. Y ya es la segunda
vez que se abre este año.
A pesar de su olor a carne podrida, son miles los
turistas que se han acercado a ver este increíble espectáculo de la conocida “flor cadáver”.
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