Los extraños estadios que van de la carcajada a la violencia verbal desplegada por Grande Merlo en el HCD.

MERLO GBA sin pelos en la lengua, cuando algo esta bien dicho hay que copiarlo y reproducirlo para que el pueblo lo pueda leer y sacar sus propias conclusiones: En una desopilante disquisición semántica acerca de la tipificación del delito por el que Gustavo Menéndez es investigado por la Justicia en la causa conocida como "mochila verde", el procesado concejal apeló a la burla para responder las preguntas del bloque oficialista acerca de su situación procesal.

 

El jefe de la bancada del Frente Renovador/PJ, Raúl Díaz, aceptó el convite de Menéndez quien en una sesión anterior le propuso a Díaz un "desafío" a hablar de la causa que por "malversación de caudales públicos" lleva adelante la Justicia de Mar del Plata contra el conductor de Grande Merlo. Menéndez había completado el recordado "desafío" con la frase: "Usted no sabe nada".
En la sesión del 7 de octubre en el marco de un nuevo pedido del presidente de la Comisión de Interpretación y Reglamento, Atilio Tarnoczy, a la presidenta del HCD, Adriana Vera, para solicitar a la Justicia se remita al cuerpo deliberativo merlense el estado de la causa judicial que se tramita en los Tribunales del Departamento Judicial de Mar del Plata desde hace largos años, Díaz recogió el guante y le pidió al desafiante que explique su situación procesal.

Habrá que reconocerle a Gustavo Menéndez un "mérito": por primera vez, en un interminable proceso que arrastra siete años de dilaciones, idas y vueltas e incontables artilugios embarradores de la cancha judicial, habló públicamente de algunos aspectos del episodio delictivo que lo involucra. Hasta ahora, se conocieron sueltas declaraciones suyas, escuetas y poco esclarecedoras: "causa armada", "persecución", y alguna que otra calificación de similar tono son las escasas palabras que han quedado registradas en los archivos periodísticos, emitidas desde la propia lengua del procesado.
Algo es algo, esta vez reconoció que los famosos y a estas alturas depreciados 600.000 pesos faltantes del Casino Central que "controlaba" Menéndez fueron trasladados de un casino a otro durante una auditoría, aunque no explicó los motivos de ese movimiento ni las formas. A ver: si saco plata de la caja B y la pongo en la caja A, el único resultado es que en la A me está faltando algo, tapo el agujero y después lo devuelvo a B, y salvo que me descubran, como sucedió, podría "malversar" eternamente.

Canchero, agarró de volea el término "choreo" utilizado por el concejal Raúl Díaz, y lo clavó en el ángulo de la sorna en una pretenciosa actitud de desmenuzar semánticamente las diferencias entre "malversación" y "choreo". La socarrona devolución al presidente del bloque oficialista causó la hilaridad de solo dos de las personas presentes en el recinto: el mismo Menéndez y su inseparable alter ego Pablo Rendich, a la sazón reidor oficial de su jefe.

Los tecnicismos propios de la patria leguleya a la que pertenece Menéndez tal vez puedan establecer diferencias entre una denominación y otra. El procesado concejal, en la clásica posición del "yo te explico", detalló minuciosamente las disimilitudes de los términos empleados. De todas maneras, la mayoría silenciosa que observa los movimientos y las acciones de los funcionarios puestos por ella para representarla desde el Estado, en este caso comunal, a la hora de evaluar los comportamientos de sus representantes no distingue los límites literarios de la letra fina y mucho menos se detiene a bucear entre los laberintos etimológicos de las palabras. No por ausencia de capacidades de entendimiento, no por falta de discernimiento, sino porque para la gente de carne y hueso, la del barrio, "malversar", "chorear", "robar", "afanar", son sinónimos, a secas. (MerloGBA)

A esto le sumariamos las travesuras de la Concejal Monzón que abría conseguido autorización para viajar al extranjero enfermando un familiar y la prepotencia del Concejal Canosa y su falta de consideración y respeto hacia la titular del H. C. D., sin remordimientos ni educación. Por su parte Menéndez desprovisto toda humildad hace que el tiempo que se debería dedicar a legislar para acciones del pueblo, se dediquen a sus desgraciados hechos.