Días interminable de emoción, amor y trabajo se unen para que una fiesta
de cumple sea una verdadera celebración en esta caso Andrea y Cristian, los
papas de Francesca en primer lugar y luego toda la familia se involucra para
que todos los invitados disfruten y celebren con exquisitos majares el primer
año de esta dulce y bella niña. Además los amigos de la familia, (ya de la
familia) sean los artistas que hacen que todo suceda con ese calor humano que
siempre anhelamos. ¡Felicidades querida Francesca!
¿Cómo nace esto de Festejar el cumple?: Los primeros aniversarios son de mucho antes que el cristianismo. Egipcios, griegos y romanos celebraban
cumpleaños de dioses, nobles y gobernantes. Al ser una costumbre pagana, los
cristianos no celebraron los cumpleaños hasta el siglo IV, e incluso el
nacimiento de Jesús no se celebró por este motivo.
Todavía hoy día existen
religiones en las que no celebran los cumpleaños. “Las varias costumbres
que la gente observa hoy día al celebrar sus cumpleaños se remontan a mucho
tiempo atrás en la historia. Nacen dentro del dominio de la magia y la religión.
En la
antigüedad, las costumbres de felicitar, dar regalos y hacer una fiesta
-con las velas encendidas que la completan- tenían el propósito de proteger de los demonios al que
celebraba su cumpleaños, y de garantizar su seguridad durante el año entrante.
Hasta el cuarto siglo, el cristianismo rechazó la celebración de los cumpleaños
como una costumbre pagana.” Con el ascenso del cristianismo, la
tradición de celebrar los cumpleaños cesó por completo.
Para los primeros
seguidores de Cristo, oprimidos, perseguidos y martirizados por judíos y
paganos, y que creían que los niños entraban en este mundo manchadas ya sus
almas por el pecado original de Adán, el mundo era un lugar duro y cruel, en el
que no había razón para celebrar el cumpleaños de nadie. La costumbre de
poner velas en una tarta se puede trazar hasta los tiempos de los griegos, cada
6º día del mes se ofertaban a la diosa Artemis (diosa de la caza y símbolo de
fertilidad) unos pasteles de miel que se colocaban en el altar con velas
encendidas.
Posteriormente el círculo de velas formaba parte de un ritual que protegía al homenajeado de los malos espíritus durante un año. Esto causó durante años que
Esto hizo que, con el tiempo, también los cristianos festejaran sus
propios cumpleaños uniendose al de su Salvador (restos de este sentido
cristiano del cumpleaños queda en una antigua tradición alemana que ponía en
las tortas de cumpleaños la cantidad de velas que correspondían a la cantidad
de años del cumpleañero más una vela grande que era la "luz de la vida" o la "luz de Cristo").
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