SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



domingo, 8 de octubre de 2017

UN DÍA como HOY del año 1860 tomaría para siempre nuestro país el nombre de ARGENTINA.

La palabra «argentina» proviene del latín argentum (plata), y en el idioma español comenzó a utilizarse primero como un latinismo y adjetivo poético (hay documento de 1587 en que así se lo utiliza). Desde las épocas de Pedro de Mendoza para referirse a la región del Río de la Plata, se usaba a veces la frase "río argentino", o la frase "provincia argentina", para referirse a la región. (en un mapa portugués de 1554 se refieren a la región como "Terra Argentea").

Se agregó además un nuevo artículo, el número 35, que dice: “Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente, a saber, Provincias Unidas del Río de la Plata, República Argentina, Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintos para la designación del gobierno y territorio de las provincias, empleándose las palabras Nación Argentina en la formación y sanción de las Leyes”.
Mapa de 1860

El 8 de octubre de 1860 en la ciudad de Paraná, el presidente Derqui decretó que “siendo conveniente a este respecto establecer la uniformidad en los actos administrativos, el Gobierno ha venido a acordar que para todos estos actos se use la denominación República Argentina”.
Desde 1860 el General Mitre utilizó el nombre de Presidente de la República Argentina, quedando fijado desde entonces definitivamente el nombre con el que se reconocería mundialmente a este Estado soberano.

Está claro que en español la palabra “argentina” en sus orígenes era un latinismo que se usaba como adjetivo poético y también como sustantivo para designar a Buenos Aires o una imprecisa región que abarcaba esta provincia  y otras del sud de nuestro continente.
Durante el proceso independentista que pusieron en marcha los patriotas prefirieron designar el país que estaban ayudando a nacer como Provincias del Río de la Plata o Provincias Unidas en Sud América. Nominaciones que expresaban claramente la voluntad política de contener dentro del nuevo Estado a las provincias que integraban hasta hace poco el Virreinato de Río de la Plata como también la intención de ampliar, de ser posible, esos antiguos límites a toda la extensión de Sudamérica.

Sin embargo ese proyecto fue derrotado por las disensiones internas y la acción de los enemigos. Entonces la palabra que había sido adjetivo poético, y luego sustantivo que designaba una región, por decisión política se convirtió en el nombre oficial de nuestro país.

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