SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



martes, 6 de febrero de 2018

El Saber nos Hará libre; Cuatro efectos negativos del bisfenol A sobre la salud

El bisfenol A o BPA es una sustancia química empleada desde la década de los sesenta para fabricar plásticos duros y ligeros que se utiliza en los envases de alimentos y bebidas, en los empastes dentales, en pinturas y en los cristales de las gafas, entre otros objetos de uso cotidiano. Francia y España ya ha prohibido el uso de esta sustancia en todos los materiales que estén en contacto con alimentos infantiles, aplicando lo que se conoce como "principio de precaución". 

Y varias investigaciones han revelado que la excesiva exposición a este material puede tener efectos perjudiciales para la salud, aunque de momento parece que son de corto alcance y a altas dosis, y no representan un riesgo que inste a las agencias de seguridad a tomar nuevas medidas que restrinjan su uso.

Obesidad infantil. Según un estudio que acaba de publicar la revista 'PLoS ONE', las niñas entre 9 y 12 años que presentan niveles más altos de bisfenol A en la orina tienen doble riesgo de ser obesas que aquellas con concentraciones menores. 

Arterias más estrechas. Una reciente investigación británica realizada por científicos de las universidades de Exeter y Cambridge reveló que existe una relación directa entre los niveles altos de Bisfenol A en la orina y la estenosis severa de la arteria coronaria, una enfermedad caracterizada por el estrechamiento de las arterias que puede provocar anginas de pecho e infartos.

Dientes. Un estudio francés de la Universidad de París-Diderot a partir de experimentos con ratas recién nacidas sugiere que la exposición diaria a Bisfenol A daña el esmalte de los dientes a edades tempranas. Concretamente, podría causar una patología llamada hipomineralización incisivo molar (HIM), y que en humanos afecta al 18% de los niños con edades comprendidas entre 6 y 8 años.

Ansiedad. Científicos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (EE UU) demostraron hace poco que la exposición al DPA durante la gestación, a lactancia y los primeros años de vida puede generar altos niveles de ansiedad debido a cambios en la expresión de genes en la región cerebral de la amígdala, vinculada a emociones como el miedo. Sus conclusiones se dieron a conocer en 'PLOS One'.

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