Investigadoras de la Universidad
de Sevilla han analizado los riesgos y el daño emocional de la conducta sexual
cibernética en la adolescencia. Los resultados revelan que las
actividades más frecuentes son el intercambio de mensajes e imágenes con
contenido sexual visual y verbal. Las chicas perciben como más molestos estos
comportamientos que los chicos.
Un estudio realizado por
investigadoras de la Universidad de Sevilla (US) se ha centrado en los
comportamientos de cibercortejo que los adolescentes despliegan en las redes
sociales. Afirman que entre las parejas y los grupos de iguales aparecen con
mucha frecuencia conductas de exploración sexual que van desde el intercambio
de imágenes y otros contenidos sexuales, conductas de sexting, hasta insultos y
comentarios despectivos relacionados con el comportamiento sexual.
Los
resultados muestran que las conductas de cibercortejo más frecuentes en
esos grupos son las relacionadas con el intercambio
de imágenes y textos sexuales, si bien el sexting –entendido como el
envío y/o recepción de imágenes personales eróticas– es más frecuente entre las
parejas adolescentes. Con independencia de ello, este tipo de conductas
suponen un riesgo para los jóvenes, pues implican la pérdida de su intimidad,
según las autoras.
Este
tipo de conductas suponen un riesgo para los jóvenes, ya que implican la
pérdida de su intimidad.
Este trabajo, publicado
en la revista científica Psychology, Society and Education, establece
que hay una mayor implicación por parte del sexo masculino en este tipo de
comportamientos sexuales a través de la red que entre las adolescentes. Sin
embargo, el impacto emocional estudiado por las investigadoras confirma que
ellas se sienten sistemáticamente más molestas con estas conductas que ellos,
es decir, las chicas percibieron más molestos estos comportamientos que los
chicos.
“En la
adolescencia hay ciertas tareas evolutivas que los chavales deben resolver y la
sexualidad es una de ellas” manifiesta Virginia
Sánchez, autora del estudio junto a las doctoras Ester Vega y Noelia Muñoz de
la US. “Si hasta ahora habíamos analizado este fenómeno en el contexto off line, ahora hemos tenido
que dar el salto a lo on line.
Para ello adaptamos los cuestionarios que ya habíamos desarrollado y los
distribuimos a un grupo de aproximadamente 300 adolescentes”.
Este estudio
forma parte de un proyecto más amplio en el que se ha desarrollado un programa
de prevención de la
violencia en las parejas adolescentes que está siendo
implementado en centros docentes públicos de Educación Secundaria en las
provincias de Sevilla y Córdoba.
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