De acuerdo a una
investigación reciente, el sistema de escuelas residenciales de ese
país separó por la fuerza a los niños indígenas de sus familias y constituyó un
“genocidio cultural”. Un equipo de investigación encontró recientemente
una fosa común con
restos de 215 niños indígenas en la Kamloops Indian Residential School, una antigua
escuela situada en Columbia Británica, oeste de Canadá, que estaba destinada a “integrar” a los
pueblos originarios del país. El equipo descubrió los restos humanos el pasado
fin de semana utilizando un georradar en el lugar donde se encontraba el
internado, según anunció la comunidad aborigen Tk'emlups te Secwepemc, en un comunicado de
prensa.
"Algunos apenas tenían tres años", dijo Rosanne Casimir, jefa
de la comunidad, sobre los niños. Según ella, su muerte, cuya causa y fecha se
ignoran, nunca fue registrada por la dirección del internado, aunque su
desaparición ya había sido mencionada en el pasado por miembros de esa
comunidad. “Teníamos un conocimiento en nuestra comunidad que pudimos
verificar. En este momento, tenemos
más preguntas que respuestas”, señaló en un comunicado Casimir.
Por el momento, los dirigentes de la comunidad se encuentran trabajando con
expertos en museos y la oficina forense para establecer las causas y el momento
exacto de las muertes. Almismo tiempo, la comunidad Tk'emlups te
Secwepemc se ha organizado para contactar a las comunidades de origen
cuyos hijos asistían a la escuela. Se espera que los resultados preliminares de
la investigación se publiquen en un informe en junio, dijo Casimir.
"Me rompe el corazón", reaccionó en Twitter el primer ministro
canadiense, Justin
Trudeau. "Es un triste recuerdo de este oscuro y lamentable capítulo
de nuestra historia. Mis pensamientos están con todos los afectados por esta
desgarradora noticia", escribió el mandatario, que ha hecho de la
reconciliación con los primeros pueblos de Canadá una de sus prioridades desde
que asumió el cargo en 2015.
La institución
educativa donde fueron hallados los restos cerró en 1978 y todavía es un
símbolo de un sistema de escuelas residenciales que fue tildado por el
Trudeau como un “capítulo vergonzoso de la historia de nuestro país”. En
2008, el gobierno canadiense se disculpó formalmente por este sistema.
El antiguo internado, gestionado por la Iglesia católica en nombre del
gobierno canadiense, fue una de las 139 instituciones de este tipo creadas en
el país a finales del siglo XIX. Se inauguró en 1890 y llegó a tener 500 alumnos en la década
de 1950. Cerró sus puertas en 1969.
Unos 150.000 niños
amerindios, mestizos e inuit fueron reclutados a la fuerza en estas escuelas,
donde fueron apartados de sus familias, su lengua y su cultura. Muchos fueron
sometidos a malos tratos o abusos sexuales, y entre 3.200 y 4.100 murieron, en
su mayoría de tuberculosis. Se cree que las muertes de los 215 chicos
enterrados en los predios de lo que fue la escuela residencial más grande de
Canadá no se incluyeron en esa cifra y parecen estar indocumentados.
En 2015, el informe de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación de Canadá,
creada en 2008 para investigar y denunciar el sistema de residencias escolares,
concluyó que el país norteamericano utilizó los internados como herramienta
para cometer un "genocidio cultural" contra la población indígena del
país.
"Durante más de un siglo, los objetivos centrales de la política de
Canadá hacia los aborígenes fueron eliminar los Gobiernos aborígenes; ignorar
los derechos aborígenes; terminar los tratados y, a través de un proceso de
asimilación, causar que los pueblos aborígenes cesasen de existir en Canadá
como entidades diferenciadas legal, social, religiosa y racialmente",
señaló la Comisión en su informe final. "El establecimiento de las
escuelas residenciales fue un elemento central de esta política, que puede ser
descrita mejor como 'genocidio cultural'", añadió.
La comisión investigadora había escuchado el testimonio de varios
nativos americanos que decían que la pobreza, el alcoholismo, la violencia doméstica y las altas
tasas de suicidio que todavía golpean a muchas de sus comunidades son
en gran medida el legado del sistema de escuelas residenciales.
Fue un sistema educativo que separó por la uerza a los niños indígenas
de sus familias f, dice el informe, que documentó abusos físicos, violaciones, desnutrición y otros tipos de
violencias que sufrieron muchos de los 150.000 niños que asistieron a las
escuelas, generalmente dirigidas por iglesias cristianas amparadas por el
gobierno desde la década de 1840 hasta la de 1990, concluyo la comisión
investigadora.
En 1910, el director de la institución de Kamloops se quejó de que el
gobierno canadiense no proporcionaba suficientes fondos para "alimentar
adecuadamente a los estudiantes", según la declaración de la comunidad.
Ottawa se disculpó formalmente con los supervivientes de los internados en 2008
como parte de un acuerdo de 1.900 millones de dólares canadienses (1.300
millones de euros).
En tanto, el
jefe regional de la Asamblea de las Primeras Naciones de la Columbia Británica,
Terry Teegee, expresó en un comunicado que la búsqueda de esas tumbas es un
“trabajo urgente” que “refresca el dolor y la pérdida de todas las Primeras
Naciones de la Columbia Británica”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario