La sarcopenia es una enfermedad progresiva y
generalizada del músculo esquelético, caracterizada por una disminución de la
masa, fuerza y función muscular asociada al proceso de envejecimiento que
impacta negativamente la funcionalidad y la salud del adulto mayor.
¿Cuáles son las causas de la
sarcopenia?
La sarcopenia tiene un origen complejo y
multifactorial. Existe una pérdida muscular relacionada con el envejecimiento,
pero hay otros factores asociados que pueden ir modificándose con la edad. La
inactividad física es uno de estos factores, bien por un estilo de vida
sedentario o bien por una inactividad física “forzada” debido a una enfermedad,
discapacidad o incluso a una hospitalización.
Otras causas que pueden contribuir al desarrollo de
la sarcopenia son patologías endocrinas como la resistencia a insulina,
enfermedades crónicas, sobre todo si están asociadas a procesos inflamatorios,
cáncer, y alteraciones en el estado nutricional.
¿Cuáles son los síntomas de la
sarcopenia?
Las personas que padecen sarcopenia suelen
presentar sensación de debilidad, siendo habitual la dificultad para levantarse
de una silla o una velocidad lenta para caminar, junto con caídas de
repetición. También es frecuente que describan una pérdida de peso reciente sin
causa justificada o la pérdida de masa muscular.
A la larga, el desarrollo de esta patología, puede
asociarse con consecuencias adversas tales como fracturas, discapacidad física,
aumento de ingresos hospitalarios, empeoramiento de la calidad de vida y
mortalidad.
Diagnóstico de la sarcopenia
No existe una única prueba para hacer el
diagnóstico de la sarcopenia. El diagnóstico se basa en la medición de la masa
y la fuerza muscular. Para esto, se solicita al paciente la realización de test
físicos para medir la fuerza muscular y el rendimiento físico, así como pruebas
de imagen (ecografía, TC, RM, DXA…) con el fin de cuantificar la masa muscular.
Tratamiento de la sarcopenia
El tratamiento de la sarcopenia se basa
fundamentalmente en el ejercicio físico y una dieta sana, con una adecuada
ingesta de calorías y proteínas. Para ello, en algunos casos, debe considerarse
la suplementación con proteínas de la misma.
En cuanto al ejercicio físico, en pacientes con
sarcopenia, la prescripción de ejercicios de resistencia se ha demostrado
efectiva para mejorar la masa muscular, la fuerza y la función física. Se
refiere a la actividad física que produzca contracción del músculo esquelético
mediante el uso de resistencia externa como pesas, bandas de terapia elástica y
el peso corporal en sí.
Fuente: Dr. Álvaro García Martos, reumatólogo del
Hospital Universitario del Tajo, Madrid. Researchgate.
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