La
nueva exhortación apostólica apuntó, nada menos, que a los divorciados vueltos
a casar y la discriminación para con los homosexuales, a la que no vaciló en
calificar de injusta. Esos temas, obvio es decirlo, figuraban desde muchísimo
tiempo atrás como inamovibles en su condición pecaminosa.
Ahora Francisco los
reivindica en su última encíclica -“La alegría del amor”- señalando que “se
trata de integrar a todos, se debe ayudar a cada uno a encontrar su propia
manera de participar en la comunidad eclesial”.
Además, y como para no dejar dudas, la comunicación dice expresamente que por los condicionamientos y circunstancias atenuantes que una reflexión sólida le ha dado a
Puede que a ciertas mentalidades conservadoras la afirmación le suene a herejía pero, bien mirada, es innegable que hunde sus raíces en el más rancio cristianismo. Además, la encíclica recoge las conclusiones de los dos sínodos obispales sobre la familia que el Papa encabezara durante los dos últimos pasados años.
Pero vista en perspectiva sociopolítica, la postura papal es armónica y se proyecta más allá, sugiriendo otros enfoques en cuanto a temas hasta ayer intocables.
Algo
de eso pudo leerse en la singular entrevista que tuvo el presidente Macri en el
Vaticano adonde, evidentemente, había concurrido en busca de réditos políticos
y, en una entrevista entre connacionales que se conocían de muchos años, no
recibió siquiera una sonrisa papal, en algo que debió haberse advertido como un
reproche manifiesto hacia el representante de una política impopular, y hasta
anticristiana.
Además, no parece casual que en medio de la cruda batalla que enfrenta al oficialismo y la oposición en los tribunales de nuestro país, el Papa Francisco haya invitado al Vaticano a diversos funcionarios judiciales argentinos (entre ellos cinco jueces a cargo de causas trascendentes) a un coloquio sobre crimen organizado.
El
encuentro incluirá temas centrales como narcotráfico, corrupción, trata de
personas, prostitución infantil, tráfico de órganos y lavado de dinero. Junto
con la bendición apostólica, los magistrados recibieron un ejemplar de la
encíclica, “Laudato si” sobre medio ambiente, firmada y dedicada por el sumo
pontífice.
Como se advierte, la invitación admite una doble lectura, cargada de sugerencias, relacionada con el país.
Como se advierte, la invitación admite una doble lectura, cargada de sugerencias, relacionada con el país.
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